MADRID, 13 Feb. (EUROPA PRESS) -
El astronauta español de la Agencia Espacial Europea (ESA), Pedro Duque, ha advertido de que "no existe ninguna otra catástrofe natural conocida que produzca un efecto tan devastador en la Tierra como el choque de un asteroide". Por tanto, ha señalado que los profesionales de la astronomía no pueden "no hacer nada" ante este tipo de fenómenos ya que, "aunque la probabilidad de que suceda es pequeña es "razonablemente elevada como para ignorarla".
Durante su intervención en la conferencia sobre el paso de de la roca 2012 DA14, este viernes, cerca de la Tierra, Duque ha señalado que "el hecho de que no se puedan ver todos los asteroides que pasan cerca de la Tierra, no quiere decir que no existan". Del mismo modo, ha apuntado que aunque la historia conocida del planeta "hable de pocos sucesos relacionados con los asteroides", el periodo del que se tienen datos es "un porción pequeñísima" de los millones de años que tiene el planeta.
Así, ha destacado que, según estudios publicado en la revista 'Nature', el choque de un asteroide sería de 1 entre 40.000, mientras que un accidente de avión sería de 1 entre 20.000 o la de una inundación de 1 entre 30.000. "No es una probabilidad descabellada", ha indicado Duque dura nte su intervención, en la que ha señalado que actualmente existe "tecnología suficiente" para poder evitar una catástrofe.
En la misma línea, el responsable del Observatorio de Mallorca, Jaime Nomen Torres, uno de los descubridores de '2012 DA14', ha indicado que los choques entre la Tierra y un roca "ha ocurrido y ocurrirán" y, a su juicio, "es solo cuestión de tiempo". Sin embargo, ha destacado que "los asteroides del tamaño de 2012 DA14 no producen el fin de la humanidad pero sí una devastación regional importante".
"PODEMOS ESTAR TRANQUILOS"
"Podemos estar tranquilos", ha asegurado en relación al paso del asteroide este viernes, al tiempo que ha precisado que los estudios y la tecnología existente en la actualidad son tan precisos que permiten calcular "que va a pasar exactamente a 27.600 kilómetros".
Nomen Torres ha explicado que cuando se descubrió la roca, ésta estaba a 4 millones de kilómetros, por lo que en un principio lo único que se puede conocer es su órbita. "Entonces se sabe que pasa cerca de la Tierra y por eso existen incertidumbres de dónde va a pasar", ha indicdo.
"Hay cierta incertidumbre, porque hay pocas observaciones pero con el paso de los días se va precisando la información y se puede calcular por dónde va a pasar con una incertidumbre de más-menos 100 kilómetros", ha apuntado, para añadir que 20122 DA14 ya se está observando -este miércoles se encuentra a 900.000 kilómetros de la Tierra-- y, entre otros datos, ya se sabe que probablemente "sea mayor de lo que se está hablando".
El astrónomo ha destacado la immportancia científica del paso de este asteroide, ya que se podrá estudiar su forma y su composición, algo que "todavía no se conoce".
PROGRAMA DE DETECCIÓN
Elecnor Deimos desarrolla la Misión Don Quijote para la Agencia Espacial Europea (ESA). Este proyecto tiene el objetivo de desviar un asteroide ya identificado ante el caso de una posible colisión con la Tierra.
La misión se basa en el uso de dos sondas espaciales para realizar un doble cometido: por un lado, enviar un orbitador (llamado Sancho) al asteroide para estudiar sus características físicas y, por otro, enviar un "impactador" (llamado Hidalgo) que chocaría con el asteroide al objeto de cambiar su trayectoria, aunque fuera mínimamente.
El orbitador tendría también la función de ayudar a medir en cuánto cambiaría el impactador la trayectoria del asteroide.
El trabajo en conjunto de ambas sondas ayudará a caracterizar claramente hasta qué punto seríamos capaces de alterar la órbita de un NEO (Near Earth Object) que supusiera un peligro para la Tierra.
El asteroide objeto del proyecto se llama Apofis, que actualmente se encuentra en una órbita próxima a la de la Tierra.
Según los datos de la NASA, Apofis pasará muy cerca de la Tierra en 2029 y 2036, y una pequeña colisión con otro asteroide podría desviarlo hacia el planeta. Se ha calculado que la probabilidad actual de colisión con la Tierra en el año 2036 es de una entre 250.000.