MADRID 26 Abr. (EUROPA PRESS) -
Nuevas imágenes del observatorio Planck de la Agencia Espacial Europea (ESA) revelan las fuerzas que impulsan la formación estelar y dan a los astrónomos una forma de comprender la compleja física que forma el polvo y el gas en nuestra galaxia.
La formación estelar tiene lugar a escondidas, tras los velos de polvo, pero eso no significa que no podamos ver a través de ellos. En el caso de los telescopios ópticos sólo es posible ver el espacio negro, pero las microondas de los ojos de Planck revelan innumerables estructuras brillantes de gas y polvo. Ahora bien, Planck ha utilizado esta capacidad de investigación en dos regiones de formación estelar relativamente cercanas en nuestra galaxia.
La región de Orión es una cuna de formación de estrellas, a unos 1.500 años luz de distancia. Es famosa por la nebulosa de Orión, que puede contemplarse a simple vista como una tenue mancha de color rosa.
La primera imagen cubre gran parte de la constelación de Orión. La nebulosa es el punto brillante en el centro inferior. El punto brillante a la derecha del centro está alrededor de la Nebulosa Cabeza de Caballo, llamada así porque cuando se amplifica una columna de polvo se asemeja a la cabeza de un caballo.
El arco gigante rojo que forma el bucle de Barnard se cree que es la onda explosiva de una estrella que reventó dentro de la región hace unos dos millones de años. La burbuja que se crea ahora mide unos 300 años luz de diámetro.
A diferencia de Orión, Perseo es una región de formación estelar menos vigorosa pero, como se muestra en la otra imagen de Planck, muchas cosas están sucediendo.
Las imágenes muestran tres procesos físicos que tienen lugar en el polvo y el gas del medio interestelar. Planck nos puede mostrar cada proceso por separado. En las frecuencias más bajas, Planck muestra la emisión producida por la interacción a alta velocidad de los electrones con los campos magnéticos de la galaxia. Un componente difuso adicional proviene del polvo que emiten partículas girando a estas frecuencias.
En longitudes de onda intermedias de unos pocos milímetros, la emisión es a partir del gas calentado por estrellas recién formadas en caliente. En las frecuencias aún más altos, Planck muestra el escaso calor emitido por el polvo extremadamente frío. Esto puede revelar los más fríos corazones en las nubes, que están llegando a la fase final de colapso, antes de que vuelven a nacer como estrellas de pleno derecho. Las estrellas se dispersan en las nubes circundantes.
El delicado equilibrio entre el colapso de nubes y la dispersión regula el número de estrellas que forma la galaxia. Planck nos permitirá avanzar en la comprensión de esta interrelación enorme, porque, por primera vez, proporciona datos sobre los diversos mecanismos principales de emisión de una sola vez, informa la ESA.