El satélite Planck de la ESA desvela un telón de fondo cósmico

Universo
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Actualizado: miércoles, 17 marzo 2010 19:17

MADRID 17 Mar. (EUROPA PRESS) -

La última imagen obtenida por el satélite Planck de la ESA muestra filamentos gigantes de polvo frío que se extienden a lo largo de la Vía Láctea, cuyo análisis podría ayudar a determinar las fuerzas que dan forma a la Vía Láctea y que provocan la formación de las estrellas, según informó la agencia espacial europea.

Planck está diseñado principalmente para estudiar los mayores misterios de la cosmología. Por ejemplo, cómo se formó el Universo o las galaxias. Así, la imagen muestra la estructura de filamentos de polvo que rodean al Sistema Solar, a una distancia de unos 500 años luz del Sol.

En concreto, los filamentos arrancan de la Vía Láctea, que es la región rosa que se extiende en horizontal en la parte inferior de la imagen. En esta zona, la radiación procede de mucho más lejos, del lado opuesto del disco de la Vía Láctea. --Esta imagen ha sido codificada con colores para poder apreciar las diferencias de temperatura en las estructuras de polvo--.

Además, los tonos blanco-rosados marcan el polvo que se encuentra a unas decenas de grados por encima del cero absoluto, mientras que las zonas con colores más intensos muestran el polvo con temperaturas entorno a los -261°C, tan sólo 12 grados por encima del cero absoluto.

Igualmente, el polvo más cálido es el que está concentrado en el plano de la Galaxia, mientras que el polvo en suspensión por encima y por debajo del disco galáctico se encuentra a menor temperatura. "Todavía no se comprende porqué estas estructuras tienen estas formas tan peculiares", comenta el científico del proyecto Planck para la ESA, Jan Tauber.

En este sentido, las zonas más densas se conocen como 'nubes moleculares', mientras que las más difusas reciben el nombre de 'cirros'. Ambas están formadas por polvo y por gas, aunque el gas no se puede observar directamente en las imágenes.

De esta forma, la ESA explica que hay muchas fuerzas en acción en la Vía Láctea, que hacen que las nubes moleculares y los cirros adquieran estas formas de filamento. Por ejemplo, la galaxia gira a gran escala, lo que da lugar a patrones espirales de estrellas, polvo y gas.

La gravedad también ejerce una gran influencia, estirando los cúmulos de polvo y gas. Las emisiones de radiación y de partículas de las estrellas arrastran al polvo y al gas que las rodea. Los campos magnéticos también juegan un papel en estas estructuras, aunque se todavía se desconoce hasta qué punto.

De hecho, los puntos más brillantes de la imagen se corresponden con densos cúmulos de materia en los que tiene lugar la formación de estrellas. A medida que los cúmulos se encojen, se vuelven más densos y pueden aislar mejor su interior de la influencia de la luz y de la radiación, lo que provoca que se enfríen más fácilmente y que colapsen más rápido.

LA FUNCIÓN DE HERSCHEL

El telescopio espacial Herschel de la ESA puede ser utilizado para estudiar este tipo de regiones con más detalle, pero sólo Planck es capaz de detectarlas a lo largo del Universo. Herschel y Planck se lanzaron juntos en mayo de 2009 y los dos se encuentran estudiando los componentes más fríos del Universo.

Concretamente, Planck estudia las grandes estructuras, mientras que Herschel realiza observaciones detalladas de regiones más pequeñas, como los cúmulos cercanos donde se forman las estrellas. A la vista de estos resultados, a los expertos les surge la pregunta de porqué la Vía Láctea presenta esta estructura de filamentos tanto a pequeña como a gran escala. "Es una gran pregunta", concluye Tauber.

La nueva imagen es una combinación de los datos obtenidos por el Instrumento de Alta Frecuencia (HFI, por sus siglas en inglés) de Planck, en las longitudes de onda comprendidas entre los 540 y los 350 micrómetros, y de una imagen de 100 micrómetros obtenida por el satélite IRAS en el año 1983.

Los datos enviados por 'HFI' han sido obtenidos como parte del primer análisis de Planck de todo el cielo en las longitudes de onda del rango de las microondas. A medida que el satélite gira sobre su eje, sus instrumentos van realizando un barrido del cielo. En cada revolución, cruzan la Vía Láctea dos veces, por lo que durante la misión de Planck de registrar la luminiscencia del Big Bang se podrán obtener mapas de la Vía Láctea "con un exquisito nivel de detalle", subraya la ESA.