MADRID 24 Jul. (EUROPA PRESS) -
Los cometas y meteoritos contienen pistas sobre los primeros días del Sistema Solar. Sin embargo, algunos de los hallazgos son piezas de un rompecabezas que no parecen encajar bien juntas. Ahora, una serie de modelos teóricos, elaborado por expertos del Carnegie Institute of Science, muestra cómo una explosión en los años de formación del Sol podría explicar algunas de estas pruebas dispares. Su trabajo también podría tener implicaciones para la búsqueda de planetas habitables fuera del Sistema Solar.
Una forma de estudiar el periodo de formación del Sistema Solar es la búsqueda de muestras de pequeñas partículas cristalinas que se forman a altas temperaturas y que existen en los cometas de hielo. También se puede analizar las huellas de isótopos --versiones de elementos con el mismo número de protones, pero un número diferente de neutrones-- que se encuentra en meteoritos primitivos. Los investigadores dicen que los isótopos pueden dar pistas ya que han viajado por todo el Sistema Solar primitivo.
Por su parte, las estrellas están rodeadas por discos de gas en rotación durante las primeras etapas de su vida. Las observaciones de estrellas jóvenes que aún tienen estos discos de gases demuestran que estrellas como el Sol se someten a ráfagas periódicas, que duran cerca de 100 años cada una, en las que la masa se transfiere desde el disco a la joven estrella.
Pero el análisis de las partículas y los isótopos de los cometas y meteoritos presentan un panorama mixto de formación del Sistema Solar, más complicado que un simple movimiento de la materia en un solo sentido del disco de la estrella. Los granos cristalinos formados al calor que se encuentran en los cometas de hielo implican movimiento de mezcla significativo. Algunos isótopos, tales como el aluminio, apoyan este punto de vista. Sin embargo, los isótopos del elemento oxígeno parecen pintar un cuadro diferente.
El nuevo modelo muestra cómo una fase de inestabilidad gravitatoria marginal en el disco de gas que rodea el proto-sol da lugar a una fase de arranque que puede explicar todos estos hallazgos. Los resultados son aplicables a estrellas con una gran variedad de masas y tamaños de disco.
Así, de acuerdo con el modelo, la inestabilidad puede provocar un transporte relativamente rápido de la materia entre la estrella y el disco de gas, donde la materia se mueve tanto hacia el interior como hacia el exterior. Esto explica la presencia de partículas cristalinas formadas al calor de los cometas en los límites exteriores del Sistema Solar.
La razón de isótopos de oxígeno están presentes en un patrón diferente es porque se derivan de las reacciones químicas que ocurren sostenidas en la superficie de la nebulosa solar exterior.
"Estos resultados no sólo nos enseñan acerca de la formación de nuestro propio Sistema Solar, sino también nos podría ayudar en la búsqueda de otras estrellas y de posibles planetas habitables", ha señalado el autor principal del estudio, Alan Boss.
"La comprensión de los procesos de mezcla y el transporte que se producen alrededor de estrellas similares al Sol podría darnos pistas sobre cuál de sus planetas circundantes podrían tener condiciones similares a las nuestras", ha concluido.