MADRID 19 Ene. (EUROPA PRESS) -
El telescopio espacial Herschel de la ESA se recupera tras permanecer 160 días en la 'enfermería' y ya se encuentra en pleno rendimiento para reanudar el estudio de la formación de estrellas y planetas, según confirmó la Agencia Espacial Europea.
En concreto, el instrumento 'Hi Fi' o 'Heterodyne Instrument for the Far Infrared' ha estado desactivado durante este periodo de tiempo mientras los ingenieros espaciales han investigado diversos problemas "inesperados" que han surgido en su sistema electrónico.
El mecanismo, que fue construido específicamente para observar el agua presente en los diferentes objetos estelares, realizó su primera observación el 22 de junio de 2009 y demostró que estaba trabajando más allá de sus especificaciones de diseño. No obstante, el 3 de agosto los especialistas concluyeron que algo no funcionaba correctamente y el equipo tenía que decidir qué hacer al respecto.
Entonces, los expertos vieron que lo mejor era apagar el instrumento y comenzar una "investigación forense" para descubrir cuál era el problema. En diciembre vieron que el componente denominado LCU o 'Local Oscillator Control Unit' había sido dañado por una inesperada descarga eléctrica, probablemente resultado de un rayo cósmico que interfirió con un ordenador de a bordo.
Según los expertos, "la suerte cósmica" ha jugado de su lado ya que las funciones que podía proporcionar 'HiFi' a la investigación hasta enero no se contemplaban. "Entrará en juego en enero en las investigaciones, así que no subió la fiebre de forma deliberada en el intento de rescate.
Una vez que el problema fue identificado, el nuevo software fue escrito y diseñado para evitar un evento de similares características a causa de descargas eléctricas. "El instrumento ahora es totalmente funcional", puntualizó.
De hecho, Herschel ya tiene su punto de mira en la cercana Nebulosa de Orión, una enorme región de formación estelar que será más visible a finales del próximo mes. En concreto, fue construido para verificar el papel del agua en la formación de estrellas y planetas, así como en la evolución de los planetas.
Herschel se encuentra a 1,5 millones de kilómetros de la Tierra, directamente en dirección al Sol, y fuera del alcance de los astronautas. "Con Herschel en el espacio no podemos ir allí a repararlo, tenemos que llevarlo a la enfermería y repararlo" afirmó el director de Exploración Científica y Robótica de la ESA, David Southwood.