Biomarcadores vegetales revelan hábitos de los primeros humanos

Garganta de Olduvai
WIKIMEDIA
Actualizado: jueves, 3 marzo 2016 13:30

   MADRID, 3 Mar. (EUROPA PRESS) -

   Debido a que la mayor parte de la evidencia de los primeros seres humanos se deriva del registro fósil, es difícil discernir mucho acerca de sus estilos de vida y hábitos.

   Los científicos pueden hacer inferencias sobre los hábitos alimenticios a partir de la morfología esquelética de la mandíbula y los dientes fósiles. Pero la influencia de los recursos locales en los seres humanos ancestrales es difícil de determinar.

   Sin embargo, los estudios geológicos pueden revelar una gran cantidad de información sobre los recursos alimentarios, refugio y hábitos de los primeros humanos. Una colaboración de investigadores de las universidades Complutense de Madrid, Rutgers y Estatal de Pensilvania ha publicado en Proceedings un análisis de restos excepcionalmente bien conservados, de 2 millones de años de edad, de biomarcadores geoquímicos orgánicos de diferentes comunidades de plantas en la garganta de Olduvai (Tanzania).

   Paranthropus bosei fue una de los primeros homínidos que ocuparon el este de África hace entre 2,3 y 1,2 millones de años atrás. P. bosei fue descubierto en 1959 por Mary Leakey en la garganta de Olduvai. Leakey y su hijo Richard sugirieron que podría ser el homínido más antiguo que usó herramientas de piedra.

   P. boisei tenía un cerebro pequeño y una mandíbula con gran poder para masticar, con grandes molares y el esmalte más grueso de cualquier homínido conocido. En verdad, las mandíbulas fosilizadas descubiertas por los antropólogos tienen molares que son visiblemente inmensos en comparación con los humanos modernos.

   Al igual que otros homínidos ancestrales, las características morfológicas de P. boisei han sido bien documentadas, pero hasta el presente estudio, no había evidencia directa de recursos locales de la que se pudieran extraer inferencias. Los investigadores analizaron muestras liofilizadas y paleosuelos en polvo a través del horizonte arqueológico en la Garganta Olduvai. Biomarcadores de plantas en el suelo pueden distinguir las diferencias de tipo funcional en la planta de biomasa, información que sugiere una serie de recursos que habrían estado disponibles para P. boisei hace unos 2 millones de años.

   Los dientes notables de P. boisei tienen propiedades isotópicas que indican que la especie era dependiente del agua y comía grandes cantidades de alimentos abrasivos, enriquecidos en carbono, en concreto, los alimentos ricos en carbono-13. Esto no era probable que se derivase del consumo de carne animal, debido a que las características del P. boisei no son consistentes con el comportamiento carnívoro. Los investigadores también descartaron pastos ricos en carbono-4 en base a la morfología de la mandíbula. En lugar de ello, señalan que las firmas de biomarcadores indican juncias ricas en carbono-3 que crecen en la zona húmeda de la que se obtienen las muestras.

   Los autores escriben, "los productos alimenticios alternativos con biomasa enriquecida en carbono-13 incluyen plantas vasculares sin semilla como helechos y licofitas. Los helechos están ampliamente distribuidos en el este de África en microhábitats húmedo y de sombra y se encuentran a menudo cerca de fuentes seguras de agua potable."

   Otros biomarcadores implican que las especies de homínidos tempranos tenían ámbitos de acción mucho más grandes que la extensión de los sitios excavados en la garganta de Olduvai. Los investigadores concluyen que estos homínidos se dedicaron al transporte social de los recursos, tales como traer cadáveres de animales y alimentos procedenteas de pastizales o humedales a una zona boscosa que proporcionaba tanto protección física como acceso al agua.