MADRID, 15 Ene. (EUROPA PRESS) -
Datos mitocondriales y genómicos que científicos han aportado a favor de la hipótesis de una migración europea a América en la última Edad de Hielo, no son compatibles con una oleada tan antigua.
Jennifer Raff, profesora de la Universidad de Kansas y autora principal de un artículo en la revista PaleoAmerica asegura que los datos genéticos que se han recuperado hasta la fecha, sólo avalan una migración desde Siberia hacia las Américas, pero no muestran evidencia de migraciones anteriores de antiguos israelitas o habitantes de lo que hoy es Europa.
La presencia del haplogrupo mitocondrial X2a en las poblaciones americanas nativas apoya, según algunos estudios, un flujo de genes trasatlántico de Europa o el Medio Oriente hacia América del Norte. La hipótesis sugiere que la cultura norteamericana Clovis fechada aproximadamente hace 13.000 años descendía directamente de la cultura solutrense del suroeste de Europa fechada aproximadamente 23.000 años antes del presente.
Sin embargo, Raff y su equipo afirma que el análisis de todos los estudios genéticos recientes de los primeros nativos americanos no encontraron nada coherente con una posible migración transatlántica temprana. Por ejemplo, la reciente publicación del genoma completo del hombre de Kennewick, datado hace 8.500 años y hallado en el estado de Washington en 1996, demostró que pertenecía al haplogrupo X2a pero no tenía indicación de reciente ascendencia europea a lo largo del resto de su genoma.
Raff dijo que era significativo que el hombre de Kennewick estaba en la Costa Oeste, situando el linaje más antiguo y ancestral de X2a en una región geográfica más consistente con una migración desde Siberia a través del puente de tierra conocido como Beringia, que ya no existe entre Alaska y Siberia, antes que por una migración a través del Atlántico. Antes de la secuenciación de su genoma, el hombre de Kennewick había sido utilizado como argumento para apoyar la ascendencia no-siberiana, porque su cráneo parecía diferente de los de los posteriores nativos americanos. Pero su genoma, y el de otros antiguos americanos con cráneos de formas distintivas mostraron que no era cierto.
"Cuando nos fijamos en el genoma completo de los antiguos nativos americanos hasta ahora, no vemos ninguna evidencia de antigua ascendencia europea", dijo.
Los defensores de una migración transatlántica temprana normalmente apuntan a una similitud en las herramientas utilizadas por Clovis y Solutrenses. Sin embargo, la mayoría de los antropólogos y arqueólogos consideran que es una coincidencia, sobre todo porque la evidencia genética hasta el momento no parece apoyar la temprana migración transatlántica.