MADRID, 18 Dic. (EUROPA PRESS) -
El calendario de papiro del Antiguo Egipto Cairo 85637 es el documento histórico más antiguo conservado de observaciones a simple vista de una estrella variable, la binaria eclipsante Algol.
Este calendario -dedicado a Algol, una manifestación de Horus, el dios celeste de la mitología egipcia--, contiene pronósticos de buena o mala suerte para cada día de un año. Investigadores de la Universidad de Helsinki han realizado un análisis estadístico de los textos mitológicos de este calendario.
Su análisis reveló que los períodos de Algol (2,85 días) y la Luna (29,6 días) regulan fuertemente las acciones de las deidades en este calendario.
"Hasta ahora, sólo había conjeturas de que muchos de los textos mitológicos del Calendario Cairo describen fenómenos astronómicos. Ahora podemos determinar sin ambigüedad que a lo largo de todo el año las acciones de muchas deidades en el Calendario Cairo están conectadas a los cambios regulares de Algol y la Luna", dice el Maestro en Ciencias Sebastián Porceddu.
Esta investigación confirma que la primera estrella variable, así como su periodo, fueron descubiertos mucho antes de lo que se pensaba anteriormente. Estos dos hitos "clásicos" de la historia de la Ciencia necesitan ser desplazados tres milenios atrás en el tiempo a 1244 a 1163 antes de Cristo.
Esto también confirma los dos "modernos" resultados astrofísicos reportados por el grupo de Helsinki, en el año 2013: La primera observación directa del aumento esperado del periodo de Algol y la estimación precisa a largo plazo para la transferencia de masa en este sistema binario.
"Yo tendría serias dudas, si alguien afirma, por ejemplo, que la Biblia contiene información sobre el agua en Marte. Hemos confirmado que los textos religiosos egipcios antiguos contienen información astrofísica sobre Algol. No fue una sorpresa para nosotros que hubiera escépticos, y que todavía haya", dice el profesor Lauri Jetsu.
La investigación también confirma que las fases más brillantes de Algol y la Luna tenían significados especialmente positivos para los antiguos egipcios. El estudio se publica en PLOS One.