MADRID, 15 Nov. (EUROPA PRESS) -
Investigadores de la Universidad Estatal de Washington, Estados Unidos, y otras 13 instituciones han descubierto que la tendencia desde la prehistoria se inclina hacia la desigualdad económica.
En un gran estudio, los científicos vieron disparidades en el aumento de la riqueza con el incremento de la agricultura, específicamente la domesticación de plantas y animales grandes, y una mayor organización social.
Sus hallazgos, publicados esta semana en la revista 'Nature', tienen profundas implicaciones para la sociedad contemporánea, ya que la desigualdad conduce repetidamente a trastornos sociales, incluso a colapsos, afirma el autor principal del trabajo, Tim Kohler, profesor de Arqueología y Antropología Evolutiva en la Universidad Estatal de Washington, en Estados Unidos. Señala que actualmente Estados Unidos tiene uno de los niveles más altos de desigualdad en la historia del mundo.
"La desigualdad tiene muchos efectos sutiles y potencialmente perniciosos en las sociedades", afirma Kohler. El estudio reunió datos de 63 sitios arqueológicos o grupos de sitios. Comparando los tamaños de las casas dentro de cada sitio, los autores asignaron coeficientes de Gini, medidas comunes de desigualdad desarrolladas hace más de un siglo por el estadístico y sociólogo italiano Corrado Gini. En teoría, un país con igualdad de riqueza completa tendría un coeficiente de Gini de 0, mientras que un país con toda la riqueza concentrada en un hogar obtendría un 1.
Los investigadores encontraron que las sociedades cazadoras-recolectoras solían tener disparidades de riqueza bajas, con un Gini mediano de 0,17. Su movilidad dificultaría la acumulación de riqueza y no la transmitiría a las siguientes generaciones. Los horticultores, pequeños agricultores de baja intensidad, tenían una media de Gini de 0,27. Las sociedades agrícolas de mayor escala tenían un Gini de medios de 0,35.
Para sorpresa de los investigadores, la desigualdad siguió aumentando en el Viejo Mundo, mientras que llegó a una meseta en el Nuevo Mundo, apunta Kohler. Los científicos atribuyen esto a la capacidad de las sociedades del Viejo Mundo "para literalmente aprovechar grandes mamíferos domesticados como el ganado y, finalmente, caballos y el búfalo de agua", dice Kohler.
Los animales de tiro, que no estaban disponibles en el Nuevo Mundo, permiten a los agricultores más ricos cultivar más tierra y expandirse a nuevas áreas, lo que aumentó su riqueza al tiempo que creó una clase de campesinos sin tierra. "Estos procesos incrementaron la desigualdad operando en ambos extremos de la distribución de la riqueza, aumentando las tenencias de los ricos mientras se disminuían las pertenencias de los pobres", escriben los investigadores.
DESIGUALDAD DE RIQUEZA EN EL ANTIGUO VIEJO MUNDO SIMILAR A LA DE LA ESPAÑA ACTUAL
El Viejo Mundo también vio la llegada de la metalurgia del bronce y una élite guerrera que hizo incrementar las puntuaciones de Ginis a través de grandes casas y conquistas territoriales. Los modelos de los investigadores ubican a los Ginis más altos en el antiguo Viejo Mundo a 0,59, cerca del 0,56 de la Grecia contemporánea y del 0,58 de España.
Es muy inferior al 0,73 de China y al 0,80 de Estados Unidos, una cifra de 2000 citada en el documento de 'Nature'. El informe 'Allianz Global Wealth Report 2016' sitúa a Estados Unidos EN 0,81 de Gini y Kohler ha visto a Estados Unidos con un Gini de 0,85, "que es probablemente la mayor desigualdad de riqueza para cualquier país desarrollado en este momento", lo cual le resulta preocupante.
Las sociedades con alta desigualdad tienen baja movilidad social. Kohler explicó en un artículo de 'Science' publicado a principios de este año que encontró que las tasas de movilidad han caído del 90 por ciento para los niños estadounidenses nacidos en 1940 al 50 por ciento para los niños nacidos en la década de 1980. Los resultados, según los investigadores, "implican que revivir el 'sueño americano' de altas tasas de movilidad absoluta requeriría un crecimiento económico que se comparta más ampliamente a través de la distribución del ingreso".
Otros estudios han encontrado que las sociedades desiguales tienden a tener una peor salud, mientras que las sociedades más equitativas presentan mayores expectativas de vida, confianza y voluntad de ayudar a los demás, según Kohler. "Las personas deben ser conscientes de que la desigualdad puede tener efectos perjudiciales en los resultados de salud, en la movilidad, en el grado de confianza, en la solidaridad social, en todas estas cosas --advierte--. No nos estamos ayudando por ser tan desiguales".
La disminución de la desigualdad es extremadamente difícil y generalmente se produce a través de la peste, la revolución, la guerra masiva o el colapso estatal, según 'The Great Leveler', un libro de Walter Scheidel, de la Universidad de Stanford, en Estados Unidos. El propio Kohler ha documentado cuatro periodos de creciente desigualdad entre los pueblos antiguos del suroeste de Estados Unidos, cada uno de los cuales termina en violencia y mayor igualdad. El último coincidió con la despoblación completa del área de Mesa Verde.
"En cada caso, no solo se ce este descenso en las puntuaciones de Gini, sino que también vemos un aumento en la violencia que acompaña a ese declive --relata Kohler--. Podríamos estar preocupados en Estados Unidos, ya que, si Ginis sube demasiado, podríamos invitar a la revolución, o podríamos estar invitando al colapso estatal. Hay solo algunas cosas que van a disminuir nuestros Ginis dramáticamente".