MADRID, 18 Abr. (EUROPA PRESS) -
El megaterio, un animal extinto del tamaño de un elefante conocido también como perezoso gigante, vivía de una dieta exclusivamente vegetariana, según un estudio que zanja un viejo debate.
Los perezosos pueden clasificarse entre los animales más peculiares del mundo: con las espaldas apuntando hacia abajo, cuelgan en los árboles y se mueven en cámara lenta de rama en rama con la ayuda de sus garras en forma de hoz. "Los perezosos ya existían hace 10.000 años, por ejemplo la especie megaterio", explica Hervé Bocherens del Centro Senckenberg para la Evolución Humana y el Paleoambiente en la Universidad de Tübingen.
Los parientes extintos de los perezosos podían alcanzar el tamaño de un elefante y eran demasiado pesados para pasar una cantidad significativa de tiempo en los árboles. En cambio, vivían en el suelo, donde excavaban grandes madrigueras. Durante muchos años, sus hábitos alimenticios fueron un enigma; las largas garras de sus manos y pies, en particular, dieron lugar a varias especulaciones.
¿Los perezosos usaban sus garras para desenterrar colonias de insectos subterráneos? ¿Las largas garras servían como herramientas de caza, y eran los animales carnívoros gigantes? ¿O los representantes fósiles vivían en una dieta estrictamente vegetariana, como los recientes perezosos? "Estas preguntas fueron el centro de nuestro nuevo estudio", añade Bocherens, cuyos resultados se han publicado en 'Science Direct'.
Normalmente es posible deducir los hábitos alimenticios de los animales fósiles en base a la forma y el desgaste de sus dientes - sin embargo, los dientes de la pereza gigante no son comparables a los de los animales modernos. "Por lo tanto, tuvimos que utilizar un método diferente, por lo que se midió la composición de los isótopos de carbono - la relación de contenido de proteínas y minerales - en los huesos fosilizados", explica Bocherens, y continúa: "Nuestras mediciones muestran que el magaterio vivió de una dieta exclusivamente vegetariana".
En los carnívoros, la proporción de proteínas es significativamente mayor que en los herbívoros, que principalmente comen alimentos ricos en carbohidratos. Estas diferencias se pueden documentar en los isótopos. Con el fin de reforzar sus resultados, los científicos compararon sus datos con más de 200 huesos de mamíferos modernos, cuya dieta se conoce, así como con especímenes fósiles de carnívoros y herbívoros. "Nuestros resultados muestran que al utilizar este método, es posible reconstruir los hábitos de alimentación de los animales incluso varios miles de años después de su muerte", añade el biogeólogo de Tübingen.
El conocimiento de los hábitos alimentarios de los perezosos es importante para comprender su papel en los ecosistemas del pasado. "Además, los resultados pueden ayudarnos a entender las interacciones entre megaterio y los primeros habitantes humanos de América - sus hábitats se superpusieron durante varios miles de años, antes de que el perezosa gigante se extinguiera", ofrece Bocherens como vista previa.