MADRID, 26 Sep. (EUROPA PRESS) -
Artefactos de hace 325.000 años de un yacimiento de Armenia muestran que la innovación tecnológica se produjo de forma intermitente y no en un único punto de origen, como se pensaba anteriormente.
El estudio, publicado este jueves en 'Science', examinó miles de artefactos de piedra recuperados de Nor Geghi 1, un sitio único conservado entre dos flujos de lava fechado hace entre 200.000 y 400.000 años.
Las capas de sedimentos de planicies inundables y un suelo antiguo encontrado entre estos flujos de lava contienen material arqueológico. La datación de las cenizas volcánicas halladas dentro de los sedimentos y el estudio detallado de los sedimentos en sí permitió a los investigadores correlacionar las herramientas de piedra con un periodo de entre hace 325.000 y 335.000 años, cuando el clima de la Tierra era similar al de hoy.
Las herramientas de piedra proporcionan evidencia preliminar del uso simultáneo de dos tecnologías distintas: el sistema bifacial, comúnmente asociada con la producción de hachas de mano durante el Paleolítico Inferior, y el método Levallois, una técnica de producción de herramientas de piedra típicamente atribuido a la Edad de Piedra Media en África y el Paleolítico Medio en Eurasia.
Tradicionalmente, los arqueólogos utilizan el desarrollo de la tecnología Levallois y la desaparición de la tecnología bifacial para marcar la transición del Paleolítico Bajo al Medio, hace unos 300.000 años.
Los expertos argumentan que la tecnología Levallois fue inventada en África y se extendió a Eurasia con la expansión de las poblaciones humanas, sustituyendo a las tecnologías bifaciales locales.
INNOVACIONES SIMILARES SIN CONEXIÓN ENTRE GRUPOS HUMANOS
Esta teoría arqueológica establece un vínculo entre las poblaciones y tecnologías y, por tanto, equipara el cambio tecnológico con el cambio demográfico. Sin embargo, la coexistencia de las dos tecnologías en Nor Geghi 1 proporciona la primera evidencia clara de que las poblaciones locales desarrollaron el método Levallois a parte de la tecnología bifacial existente.
"La combinación de estas diferentes tecnologías en un solo lugar nos sugiere que, hace alrededor de 325.000 años, la gente en el sitio era innovadora", afirma Daniel Adler, profesor asociado de Antropología en la Universidad de Connecticut, Estados Unidos, y autor principal del estudio.
Por otra parte, el análisis químico de varios cientos de artefactos de obsidiana muestra que los seres humanos en ese sitio emplearon los afloramientos de obsidiana de lugares tan lejanos como a 120 kilómetros, lo que sugiere que también deben haber sido capaces de explotar medioambientalmente grandes y diversos territorios.
El documento sostiene que la tecnología bifacial y Levallois, aunque distintas en muchos aspectos, comparten un linaje común. En la tecnología bifacial, se forma una masa de piedra mediante la eliminación de escamas de dos superficies a fin de producir una herramienta como un hacha de mano y las escamas desprendidas durante la fabricación de un arma bifacial se tratan como residuos.
En la tecnología Levallois, se crea una masa de piedra mediante la eliminación de escamas con el fin de producir una superficie convexa de la que se desprenden escamas de tamaño y forma predeterminados, que son los productos deseados. Los arqueólogos sugieren que el sistema Levallois es óptimo en términos de uso de materias primas y que los láminas predeterminadas son relativamente pequeñas y fáciles de transportar, cuestiones importantes para los cazadores-recolectores de alta movilidad de la época.
Es la nueva combinación de la formación y los sistemas de creación de láminas lo que distingue a Levallois de otras tecnologías y destaca su relación evolutiva de la tecnología bifacial. Centrado en la comparación de datos arqueológicos de sitios en África, Oriente Medio y Europa, el estudio también demuestra que esta evolución fue gradual e intermitente y que se produjo de forma independiente en las diferentes poblaciones humanas que compartieron un ancestro tecnológico común, según Adler.
En otras palabras, la tecnología Levallois evolucionó a partir de la tecnología bifacial preexistente en diferentes lugares y a diferentes horas. Esta conclusión se opone a la opinión sostenida por algunos arqueólogos de que el cambio tecnológico se debió a modificaciones en la población durante este periodo.
"Si tuviera que coger todos los artefactos del sitio y mostrarlos a un arqueólogo, comenzaría de inmediato a clasificarlas en grupos cronológicamente distintos", afirma Adler. Pero, en realidad, los artefactos encontrados en Nor Geghi 1 reflejan la flexibilidad tecnológica y la variabilidad de una sola población durante un periodo de profundos cambios de comportamiento y biológicos humanos, de forma que estos resultados ponen de manifiesto la antigüedad de la capacidad humana para la innovación.