MADRID, 24 Nov. (EUROPA PRESS) -
El cerebro humano no es solo una versión más grande del cerebro de los primates ancestrales, sino que también está lleno de diferencias distintivas y sorprendentes.
Es la conclusión de un nuevo análisis masivo de tejido humano, de chimpancé y de mono publicado en 'Science'. Constata que todas las regiones del cerebro humano tienen firmas moleculares muy similares a las de los parientes primates, aunque algunas regiones contienen patrones claramente humanos de actividad genética que marcan la evolución del cerebro y pueden contribuir a nuestras capacidades cognitivas.
"Nuestros cerebros son tres veces más grandes, tienen muchas más células y, por lo tanto, poseen más poder de procesamiento que los chimpancés o los monos", afirma en un comunicado el coautor del estudio Andre M.M. Sousa, investigador postdoctoral en el laboratorio del neurocientífico Nenad Sestan. "Sin embargo, también existen pequeñas diferencias claras entre las especies en cuanto a cómo las células individuales funcionan y forman conexiones", añade.
A pesar de las diferencias en el tamaño del cerebro, los investigadores encontraron sorprendentes similitudes entre las especies de primates de la expresión génica en 16 regiones del cerebro, incluso en la corteza prefrontal, el asiento del aprendizaje de orden superior que más distingue a los humanos de otros simios. Sin embargo, el estudio mostró que el área del cerebro con la expresión génica más específica para el ser humano es el cuerpo estriado, una región comúnmente asociada con el movimiento.
También se encontraron diferencias en las regiones cerebrales, incluso en el cerebelo, una de las regiones evolutivamente más antiguas del cerebro, y por lo tanto más probable que compartan similitudes entre las especies. Los científicos detectaron que un gen, ZP2, estaba activo solo en el cerebelo humano, una sorpresa, según los científicos, porque el mismo gen se había relacionado con la selección de espermatozoides por los óvulos humanos.
"No tenemos idea de qué está haciendo allí", dice el coautor del artículo Ying Zhu, investigador postdoctoral en el laboratorio de Sestan. Zhu y Sousa también se centraron en un gen, TH, que está involucrado en la producción de dopamina, un neurotransmisor crucial para la función de orden superior y agotado en personas que viven con la enfermedad de Parkinson. Encontraron que TH se expresaba altamente en la neocorteza y el cuerpo estriado humano, pero está ausente en la neocorteza de los chimpancés.
"La expresión neocortical de este gen probablemente se perdió en un ancestro común y reapareció en el linaje humano", plantea Sousa. Los investigadores también hallaron niveles más altos de expresión del gen MET, que está asociado con el trastorno del espectro autista, en la corteza prefrontal humana en comparación con los otros primates evaluados.