MADRID, 2 Feb. (EUROPA PRESS) -
La composición genética de ciertas poblaciones modernas del Lejano Oriente ruso se parece mucho a la de sus antepasados cazadores-recolectores, según restos de hace 8.000 años hallados en unca cueva.
El estudio --publicado en Science Advances-- es el primero en obtener datos del genoma nuclear de la antigua Asia continental y comparar los resultados con las poblaciones modernas.
Los resultados indican que no hubo interrupción migratoria importante o "rotación de la población", durante más de siete milenios, por lo que algunos grupos étnicos contemporáneos comparten una notable similitud genética con los cazadores de la Edad de Piedra que una vez recorrieron la misma región.
La gran "continuidad genética" en el este de Asia está en marcado contraste con la mayor parte de Europa occidental, donde las migraciones continuas de los primeros agricultores de oriente reprimieron a las poblaciones de cazadores-recolectores. La nueva investigación muestra que, al menos para parte de Asia oriental, la historia difiere, con poca interrupción genética en las poblaciones desde el periodo Neolítico temprano.
A pesar de estar separados por una vasta extensión de historia, esto ha permitido una excepcional proximidad genética entre los pueblos Ulchi de la cuenca de Amur, cerca de donde Rusia limita con China y Corea del Norte, y los antiguos cazadores-recolectores que descansaron en una cueva cercana a la tierra de los Ulchi.
Los investigadores sugieren que la magnitud de Asia oriental y las dramáticas variaciones en su clima pueden haber evitado la influencia de la agricultura neolítica y las migraciones que le acompañan que reemplazaron a los cazadores-recolectores en gran parte de Europa. También señalan que los Ulchi conservaron su estilo de vida de cazador-pescador-recolector hasta tiempos recientes.
"Genéticamente hablando, las poblaciones del norte de Asia oriental han cambiado muy poco por alrededor de ocho milenios", apunta el director del estudio, Andrea Manica, de la Universidad de Cambridge, que realizó el trabajo de manera conjunta con un equipo internacional de colegas del Instituto Nacional de Ciencia y Tecnología de Ulsan, en Corea; del 'Trinity College Dublin' y la 'University College Dublin', en Irlanda.
"Una vez que contabilizamos alguna entremezcla local, los Ulchi y los antiguos cazadores-recolectores parecían ser casi la misma población desde un punto de vista genético, aunque hay miles de años entre ellos", añade este autor del trabajo, que también apoya la teoría del "doble origen" de las poblaciones japonesas modernas: descienden de una combinación de cazadores-recolectores y agricultores que eventualmente llevaron el cultivo de arroz húmedo desde el sur de China.
Un patrón similar también se encuentra en los vecinos coreanos, que están genéticamente muy cerca de los japoneses. Sin embargo, Manica subraya que se requieren muchos más datos de ADN del Neolítico de China para identificar el origen de los agricultores involucrados en esta mezcla.
RESTOS HALLADOS EN UNA CUEVA EN LA COSTA ORIENTAL DE RUSIA FRENTE A JAPÓN
El equipo de Trinity College de Dublín se encargó de extraer el ADN de los restos encontrados en una cueva conocida como Puerta del Diablo, situada en una zona montañosa cercana a la costa oriental de Rusia, en frente del norte de Japón. La cueva fue excavada por un equipo soviético en 1973. Junto con centenares de herramientas de piedra y hueso, la madera carbonizada de una antigua vivienda y la hierba silvestre tejida que es uno de los primeros ejemplos de un textil, había cuerpos incompletos de cinco seres humanos.
Si se detecta ADN antiguo en restos lo suficientemente preservados, la secuenciación implica su depuración a través de milenios de contaminación. Las mejores muestras para el análisis de la Puerta del Diablo se obtuvieron de los cráneos de dos mujeres: una de poco más de 20 años y la otra de 50. El sitio en sí se remonta a hace más de 9.000 años, pero se estima que las dos mujeres murieron alrededor de hace 7.700 años.
Los investigadores pudieron recoger más de la mujer de mediana edad y su ADN reveló que probablemente tenía los ojos marrones y el pelo grueso y liso. Casi con toda seguridad carecía de la capacidad de tolerar la lactosa, pero era poco probable que hubiera sufrido de enrojecimiento por alcohol, una reacción de la piel al alcohol ahora común a través de Asia Oriental.
Aunque las muestras de la Puerta del Diablo muestran una alta afinidad genética con los Ulchi, pescadores de la misma zona que hablan el idioma tungúsico, también están cerca de otras poblaciones de habla tungúsica en la China actual, como los oroqen y hezhen.
"Son grupos étnicos con sociedades tradicionales y profundas raíces en el este de Rusia y China, cuya cultura, idioma y poblaciones están disminuyendo rápidamente", detalla la autora principal de la investigación, Veronika Siska, también de Cambridge. "Nuestro trabajo sugiere que estos grupos forman un fuerte linaje genético descendiendo directamente de los primeros cazadores-recolectores neolíticos que habitaban la misma región miles de años antes", concluye.