MADRID, 4 Jul. (EUROPA PRESS) -
Una nueva evidencia climática y fósil analizada por un equipo de investigadores sugiere que los rasgos propios de los seres humanos no surgieron juntos en un solo paquete.
Por el contrario, varios ingredientes clave que se creían que definían al 'Homo' evolucionaron de antepasados anteriores como el 'Australopithecus' hace entre 3 y 4 millones de años, mientras que otros surgieron mucho más tarde.
Se ha creído durante mucho tiempo que muchos rasgos únicos de los seres humanos se originaron en el género 'Homo' hace entre 2,4 y 1,8 millones de años en África. Aunque los científicos han reconocido estas características desde hace décadas, se están reconsiderando los verdaderos factores evolutivos que los generaron.
Un cerebro grande, piernas largas, la capacidad de elaborar herramientas y largos periodos de maduración se cree que han evolucionado de forma conjunta al inicio del linaje del 'Homo' conforme las praderas africanas se ampliaban y el clima de la Tierra se volvía frío y más seco.
Este equipo de investigación, cuyo trabajo se publica este viernes en 'Science', usó un enfoque innovador al integrar datos paleoclimáticos, nuevos fósiles y la comprensión del género 'Homo', restos arqueológicos y estudios biológicos de una gran variedad de mamíferos (incluidos los humanos).
La síntesis de estos datos llevó a estos expertos a la conclusión de que la capacidad de los primeros seres humanos de adaptarse a las condiciones cambiantes posibilitó en última instancia a las primeras especies de 'Homo' variar, sobrevivir y empezar a propagarse desde África hacia Eurasia hace 1.850.000 años.
Uno de los autores, el paleoantropólogo de la Institución Smithsonian, en Washington, Estados Unidos, Richard Potts, desarrolló un nuevo marco climático para la evolución humana de África oriental que representa la mayor parte de la era de entre hace 2,5 millones a 1,5 millones años como una época de fuerte inestabilidad climática e intensidad cambiante anual de las estaciones secas y húmedas.
Este marco, que se basa en los ciclos astronómicos de la Tierra, proporciona la base para algunas de las principales conclusiones del artículo y sugiere que múltiples especies coexistentes con el 'Homo' que se superpusieron geográficamente surgieron en entornos altamente cambiantes.
"Las condiciones climáticas inestables favorecieron la evolución de la flexibilidad de las raíces humanas en nuestros ancestros --sentencia Potts, conservador de Antropología y director del Programa de Orígenes Humanos en el Museo Nacional de Historia Natural del Smithsonian--. La narrativa de la evolución humana que surge de nuestro análisis hace hincapié en la importancia de la capacidad de adaptación a entornos cambiantes, en lugar de adaptarse a cualquier entorno, en el temprano éxito del género 'Homo".
El equipo revisó todo el cuerpo de la evidencia fósil relevante para el origen de 'Homo' para comprender mejor cómo evolucionó el género humano. Por ejemplo, cinco cráneos de alrededor de 1,8 millones de años del sitio de Dmanisi, en la República de Georgia, muestran variaciones en los rasgos típicamente vistos en el 'H. Erectus' de África pero difieren de la definición de los rasgos de otras especies de 'Homo' temprano conocido sólo en África.
Esqueletos recientemente descubiertos de 'Australopithecus sediba' (de unos 1.980.000 años de edad) de Malapa, Sudáfrica, también incluyen algunas características del 'Homo', como sus dientes y manos, al tiempo que muestran rasgos no únicos de este género, como el cráneo y los pies.
LA DIVERSIFICACIÓN DEL 'HOMO', UN TIEMPO DE EXPERIMENTACIÓN
La comparación de estos fósiles con el rico registro fósil de África del Este indica que la diversificación temprana del género 'Homo' fue un periodo de experimentación morfológica, en el que varias especies del linaje 'Homo' vivieron al mismo tiempo.
A pesar de que todas las especies 'Homo' superpusieron los tamaños del cuerpo, el cerebro y los dientes, también tenían cerebros y cuerpos más grandes que sus posibles ancestros, los 'Australopithecus'. Según el estudio, estas diferencias y similitudes muestran que los distintos rasgos humanos evolucionaron por separado y en diferentes momentos en el pasado en lugar de todos juntos.
Además de estudiar el clima y los datos fósiles, el equipo de investigadores también revisó la evidencia de antiguas herramientas de piedra. "En conjunto, estos datos sugieren que las especies de 'Homo' antiguo eran más flexibles en sus hábitos dietéticos que otras especies --dice Leslie Aiello, presidenta de la Fundación Wenner-Gren para la Investigación Antropológica, en Nueva York, Estados Unidos--. Su dieta flexible, probablemente centrada en la carne, se ingirió con la ayuda de herramientas de piedra que ayudaron a nuestros antepasados a explotar una amplia gama de recursos".
El equipo llegó a la conclusión de que esta flexibilidad probablemente mejoró la capacidad de los ancestros humanos para adaptarse con éxito a un entorno inestable y disperso de África. Esta flexibilidad sigue siendo un sello distintivo de la biología humana en la actualidad y, en última instancia, fomenta la capacidad de ocupar diversos hábitats en todo el mundo.
Las investigaciones futuras sobre nuevos fósiles y hallazgos arqueológicos tendrán que centrarse en la identificación de las características adaptativas específicas que se originaron con los primeros 'Homo', lo que dará lugar a una mejor comprensión de la evolución humana.