MADRID, 17 Sep. (EUROPA PRESS) -
La investigación genética y arqueológica reciente ha revelado que casi todos los actuales europeos descienden de una mezcla de dos poblaciones antiguas, pero esa no es la historia completa.
Investigadores de la Escuela de Medicina de Harvard, en Estados Unidos, y la Universidad de Tübingen, en Alemania, documentan ahora una contribución genética de un tercer ancestro: antiguos euroasiáticos del norte.
Hace unos 7.500 años en Europa, la agricultura estable se generalizó en el Oriente Próximo, llevando a los primeros agricultores a estar en contacto con los cazadores-recolectores que ya vivían en Europa desde hace decenas de miles de años. El tercer grupo de antiguos humanos detectado ahora parece haber contribuido también al ADN de los europeos actuales, así como a las personas que viajaron a través del Estrecho de Bering al continente americano hace más de 15.000 años.
"Antes de este trabajo, los modelos que teníamos sobre la ascendencia europea eran mezclas de dos vías. Ahora mostramos que hay tres grupos", resume uno de los autores de esta investigación, David Reich, profesor de genética en la Escuela de Medicina de Harvard. "Esto también explica la conexión genética recientemente descubierta entre los europeos y los nativos americanos --agrega Reich--. El mismo grupo antiguo del Norte de Eurasia contribuyó a los dos".
El equipo de investigación,' cuyas conclusiones se publican en un artículo en la edición de este jueves de 'Nature', también descubrió que los antiguos agricultores de Oriente Próximo y sus descendientes europeos pueden trazar parte de su ascendencia de un linaje previamente desconocido, aún más antiguo, llamado euroasiáticos basales.
Para analizar el misterio permanente del patrimonio de los europeos y sus relaciones con el resto del mundo, el equipo secuenció el ADN de más de 2.300 personas de hoy en día en todo el mundo y de nueve seres humanos antiguos de Suecia, Luxemburgo y Alemania. Los huesos antiguos procedían de ocho cazadores-recolectores que vivieron hace unos 8.000 años, antes de la llegada de la agricultura, y un agricultor de hace unos 7.000 años.
Los científicos también incorporaron secuencias genéticas de estudio previamente recogidas de antiguos humanos del mismo periodo de tiempo, incluidos los agricultores tempranos como Ötzi, el Hombre de Hielo. "Hubo una transición genética clara entre los cazadores-recolectores y los agricultores, lo que refleja un importante movimiento de gente nueva a Europa desde Oriente Próximo", afirma Reich, que trabajó con Johannes Krause, profesor de arqueología y paleogenética de la Universidad de Tubinga y codirector del Instituto Max Planck para la Historia y las Ciencias, en Jena, Alemania.
No se encontró ADN del antiguo euroasiático del norte en cualquiera de los cazadores-recolectores o los primeros agricultores, lo que sugiere los antiguos euroasiáticos del norte llegaron a la zona más tarde. "Casi todos los europeos tienen ascendencia de los tres grupos ancestrales --afirma Iosif Lazaridis, investigador en genética en el laboratorio de Reich y primer autor del artículo--. Las diferencias entre ellos se deben a las proporciones relativas de ascendencia. Los europeos del norte tienen más de los antepasados cazadores-recolectores, hasta aproximadamente el 50 por ciento en los lituanos, y los europeos del sur tienen más de los ancestros agricultores".
Lazaridis añade: "La antigua ascendencia del norte de Eurasia es proporcionalmente el componente más pequeño en todas partes en Europa, nunca más de 20 por ciento, pero la encontramos en casi todos los grupos de Europa que hemos estudiado y también en las poblaciones del Cáucaso y Oriente Próximo. Una profunda transformación debe haber tenido lugar en el oeste de Eurasia", tras la llegada de la actividad agraria.
Cuando se llevó a cabo esta investigación, los antiguos euroasiáticos del Norte euroasiáticos eran una "población fantasma", un grupo antiguo conocido sólo a través de las huellas que dejó en el ADN de las personas de hoy en día. Luego, en enero, un grupo separado de arqueólogos encontró los restos físicos de dos antiguos euroasiáticos del Norte en Siberia, de forma que, según Reich, se pudo estudiar cómo se relacionaron con otras poblaciones.
UN MODELO DE TRES ASCENDENTES DIVERSO
Reich considera que podría haber fácilmente más de tres grupos antiguos que contribuyeron al perfil genético del europeo de hoy. Él y sus colegas encontraron que el modelo de tres vías no cuenta toda la historia de algunas regiones de Europa, ya que grupos mediterráneos como los de Malta y los judíos asquezaníes tienen más ascendencia de Oriente Próximo de lo previsto, mientras que los europeos del noreste, como los finlandeses y los saami, así como algunos rusos del norte, poseen ascendencia asiática más oriental en la mezcla.
Sin embargo, lo más sorprendente del proyecto para Reich fue el descubrimiento de los euroasiáticos basales. "Este profundo linaje de ascendencia no africana se bifurca antes de que todos los demás no africanos se separaran de los otros. Antes de que se separaran los aborígenes de Australia y Nueva Guinea y los indios del sur y los nativos americanos y otros cazadores-recolectores, se separaron los euroasiáticos basales. Esto reconcilió algunas piezas de información contradictorias", plantea
A partir de ahora, el equipo quiere averiguar si los antiguos euroasiáticos del norte llegaron a Europa y encontrar ADN antiguo de los euroasiáticos basales. "Apenas estamos empezando a comprender la relación genética compleja de nuestros antepasados -señala el coautor Krause--. Sólo los datos genéticos de restos humanos más antiguos nos permitirán desentrañar nuestro pasado prehistórico".
"Hay preguntas abiertas importantes acerca de cómo la gente de hoy en día del mundo llegó a donde están", añade Reich, científico también en el Instituto Médico Howard Hughes, en Estados Unidos. "El estudio tradicional que emplean los genetistas es mediante el análisis de las personas de de hoy en día, pero esto es muy difícil porque la gente actual reflejan muchas capas de mezcla y migración".
"La secuenciación del ADN antiguo es una poderosa tecnología que permite ir de nuevo a los lugares y periodos en los que se produjeron los acontecimientos demográficos importantes. Es una nueva y gran oportunidad de aprender acerca de la historia humana", concluye este investigador.