MADRID, 27 Ene. (EUROPA PRESS) -
Antropólogos han descubierto una imagen grabada de 38.000 años de antigüedad en un abrigo rocoso del suroeste de Francia, una de las más antiguas manifestaciones en su género en Eurasia Occidental
"El descubrimiento arroja nueva luz sobre el patrón regional de arte y ornamentación en toda Europa, en un momento en que los primeros seres humanos modernos entraron en Europa dispersos hacia el oeste y hacia el norte a través del continente", explica Randall White, antropólogo de la New York University, quien dirigió la excavación en el valle francés de Vézère.
Para este experto, el hallaxgo confirma la extrema antigüedad de las técnicas puntillistas, que fueron adoptadas en tiempos recientes por pintores como Van Gogh.
Los hallazgos, que aparecen en la revista Quaternary International, se centran en la cultura Aurignaciana de los primeros humanos modernos, que existió desde hace aproximadamente 43.000 a 33.000 años atrás.
Abri Blanchard, el sitio francés del grabado recientemente descubierto --una losa que contiene una imagen compleja de un uro, o vaca salvaje, rodeada de hileras de puntos--, fue excavada previamente a principios del siglo XX. White y su equipo comenzaron su exploración metódica de los depósitos restantes en el sitio en 2011 y este descubrimiento se produjo en 2012.
White sostiene que el arte aurignaciano ofrece una ventana en las vidas y las mentes de sus creadores y en las sociedades que crearon.
"Después de su llegada de África, grupos de humanos modernos se establecieron en Europa occidental y central, mostrando una amplia comunalidad en la expresión gráfica contra la cual se destacan características más regionales", explica.
"Este patrón encaja bien con los modelos de geografía social que ven el arte y la ornamentación personal como marcadores de la identidad social a nivel regional, grupal e individual".
Abri Blanchard y su sitio hermano, Abri Castanet, previamente excavado por el equipo de White, han sido reconocidos por mucho tiempo como uno de los sitios más antiguos de Eurasia con artefactos del simbolismo humano. Con el tiempo, se han descubierto cientos de adornos personales, incluyendo dientes de animal perforados, conchas perforadas, cuentas de marfil y de esteatita, grabados y pinturas sobre losas de piedra caliza.