Actualizado 02/06/2017 10:08
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La sorprendente relación entre tu boca y el resto del cuerpo

La sorprendente relación entre tu boca y el resto del cuerpo
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¿Puede la posición de tus dientes estar relacionada con dolores de espalda, migrañas o acúfenos?

Madrid, a 2 de Junio de 2017.-

Susana es una chica que se considera sana en líneas generales, pero desde hace tiempo sufre frecuentes dolores de cabeza y de cervicales. Además, vive con un constante y molesto pitido en su oído derecho, lo que en términos médicos se conoce como acúfeno. Estos trastornos aumentan o disminuyen con el tiempo. Ha visitado a muchos especialistas, como neurólogos, otorrinolaringólogos, osteópatas y fisioterapeutas, cada uno de los cuales aborda este problema de forma diferente. Todos estos síntomas mejoran durante los tratamientos, pero nunca llegan a desaparecer. Para su desesperación, algunos vuelven a empeorar poco tiempo después de finalizarlos.

Igual que Susana, un 25% de la población adulta padece molestias y trastornos en diversas partes del cuerpo sin saber que podrían ser causadas por la oclusión dental. Es decir, que bastantes dolores de cuello, espalda, cabeza y oído mantienen una estrecha relación con la manera en que los dientes encajan entre sí. Como cabe esperar, mientras no se consiga solucionar el auténtico motivo que origina estos síntomas, no remitirán del todo.

Cada vez se conoce más la repercusión que tiene una deficiente salud bucal sobre el estado general de la persona. A pesar de que no solemos percibir las enfermedades de la boca como potencialmente peligrosas, pueden complicar otros procesos patológicos que sí consideramos más importantes, como enfermedades cardiovasculares, diabetes, partos prematuros en embarazadas, etc.

Incluso se ha demostrado que existe un vínculo entre las enfermedades de las encías y un bajo rendimiento deportivo. El dolor, la consiguiente disminución de la calidad de vida y el nivel de bienestar, así como la existencia de mayor o menor grado de inflamación o incluso de infecciones localizadas es evidente que afectan al desarrollo óptimo de la actividad física e intelectual.

Menos conocida es la influencia que ejercen la posición y encaje de los dientes sobre la postura, y su relevancia en el dolor de espalda o de cabeza, migrañas, dolores de oído y acúfenos.

Nuestros huesos, músculos, articulaciones y ligamentos están directamente relacionados entre sí. Todos deben trabajar coordinados para que podamos llevar a cabo cualquier acción, como por ejemplo hablar, comer, tragar, respirar, besar o reír. Así que pequeñas alteraciones en la posición de los dientes pueden conllevar serios problemas musculares, óseos, vasculares y posturales.

Por cada centímetro que la cabeza se traslade hacia delante, quizás por un mal equilibrio muscular y óseo, aumenta en casi 3 Kg. la tensión que soporta la columna vertebral, lo que afecta a multitud de estructuras en todo el cuerpo. El masaje y la relajación de la musculatura masticatoria logran casi al instante una disminución de las contracturas del cuello.

La articulación de la mandíbula, que es la que nos permite abrir y cerrar la boca es, casi con certeza, la más compleja del organismo. Durante la masticación soporta cargas muy altas, de 20 a 60 Kg. En el caso de las personas bruxistas, que rechinan o aprietan los dientes, esa carga puede ascender hasta los 250 Kg. de fuerza. Durante la noche, estos pacientes pueden llegar a generar cientos de ciclos de carga. Eso significa cientos de contracturas musculares de alta intensidad. Si realizáramos cientos de contracciones con el brazo durante la noche, es fácil imaginar las consecuencias que se derivarían para el brazo y el resto del cuerpo.

La articulación temporomandibular es la única del cuerpo humano que puede moverse en los tres ejes del espacio: podemos abrir y cerrar la boca, desplazar la mandíbula hacia delante y hacia atrás, y moverla también hacia los lados. Para ello contamos con un complejo sistema de músculos y tendones, además de dos meniscos que deben funcionar de manera coordinada y que se pueden ver seriamente alterados cuando sobrevienen tensiones musculares anómalas causadas por estrés, ansiedad, bruxismo y otros factores.

Al cerrar la boca, la posición articular se relaciona directamente con la manera en que nuestros dientes encajan. Los movimientos mandibulares los determina la musculatura, que aprende dónde debe conducir la mandíbula para que al morder los dientes superiores e inferiores coincidan de la manera más eficaz para masticar. Esa posición, sin embargo, no tiene por qué coincidir con la posición óptima para la actividad articular. De hecho, en muchas personas la posición de máximo contacto dental es lesiva para las estructuras articulares.

De esta forma se explica que muchos dolores musculares, de cabeza, migrañas, acúfenos, dolores de espalda o incluso neurológicos puedan originarse en la boca.

Si no se aborda el problema en su origen, los síntomas irán empeorando. El cuerpo intentará proteger las articulaciones provocando contracturas musculares, procesos inflamatorios o cambios posturales de compensación. De la misma forma que cuando caminamos de forma inapropiada porque nos duele una pierna, acaba por dolernos la otra o la espalda. En cambio, si identificamos la causa real de estos desequilibrios, desaparecerán los síntomas y se evitará que reaparezcan de nuevo, o que se extiendan a otras partes del cuerpo.

Para ello es necesario que un odontólogo experto en disfunción craneomandibular realice un estudio a fondo y un diagnóstico preciso.

El tratamiento, por lo común, consiste en corregir la posición de los dientes para que cuando encajen entre sí, la mandíbula se encuentre en el lugar menos traumático posible. Deberemos evitar comprimir estructuras vecinas y restablecer un correcto funcionamiento de la mecánica masticatoria.

Es conveniente combinar este tratamiento con sesiones de fisioterapia, llevadas a cabo por un terapeuta experto en la articulación mandibular, quien ayudará a reposicionar el menisco y a relajar los músculos contracturados.   

No podemos olvidar los beneficios que pueden derivarse de recurrir a la terapia neural, cada vez más reconocida y aplicada, y por supuesto el apoyo de tecnología avanzada de diagnóstico y tratamiento.

Al final, conseguiremos librarnos por fin de estas molestias intermitentes y rebeldes, restableciendo correctamente el equilibrio de todas las estructuras. Mejoraremos así nuestra calidad de vida y nuestro bienestar a largo plazo.

Autor: Dr. José Luis Padrós

Empresa: Clínica Dental Padrós

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