Actualizado 22/11/2016 13:19
- Comunicado -

Por qué la inversión en Ciencias de la Naturaleza y la Salud es rentable

El curso político ha comenzado, y con él arranca una legislatura marcada por la necesidad urgente de aprobación de los Presupuestos Generales del Estado. Tras la no inclusión de un Ministerio propio para la Ciencia, los investigadores tienen puestas sus expectativas en unos presupuestos que otorguen a las ciencias del naturaleza y la salud, el espacio que merecen. ¿Hay motivos para la esperanza?

Menos inversión, más fuga de cerebros

Madrid, 21 de noviembre de 2016.- Según datos de la OCDE, España ha destinado a la Ciencia (investigación y desarrollo efectivo de proyectos con base científica) un 34,69 % menos de inversión entre los años 2009, que supuso el punto más álgido, y 2013.

Superado el umbral de 2015, los presupuestos de 2016 vinieron marcados por la intención del Gobierno de equiparar su partida presupuestaria a la de los países de la Unión Europea. En esta línea, se aumentó 269, 64 millones de euros en el apartado de subvenciones. Sin embargo, la realidad indica que una parte de este aumento ha quedado sin ejecutar, ya que los fondos financieros destinados a créditos disminuyeron un 6, 16 %. Desde el ámbito de la Ciencia, se insiste en que los años de la crisis, la inversión en I+D se ha reducido un 25 % cada año.

Estos datos confirman el sentir mayoritario de los jóvenes investigadores que recoge cada año el informe INNOVACE de la Universidad a Distancia de Madrid (UDIMA) y el Centro de Estudios Financieros (CEF). Según refleja dicho informe, casi la mitad de los investigadores que aún desarrollan su labor investigadora en España (un 45,16%) emigrarían si obtuvieran una oportunidad de trabajo.

Según datos de la OCDE, referidos a 2009, los datos de científicos españoles emigrados se estimaban en un 5% del total de la comunidad científica española. Sin embargo no existen datos oficiales.

Supervivientes de la Ciencia

Uno de los campos que más alegrías está ofreciendo a la comunidad científica española que resiste al retroceso de la inversión pública es la investigación biomolecular. El Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) participa del programa trasnacional europeo ‘Blueprint’ para la mejora de las condiciones de los pacientes.

Una muestra más de cómo la colaboración entre los mejores de cada país, y España tiene una cantera prometedora (fuera de España, sí, pero también dentro), recogida por todos los medios especializados, profundiza en los misterios de la biologia para encontrar qué células afectan y se ven afectadas por los desarrollos de enfermedades. En este sentido, la zoología también tiene mucho que aportar, puesto que los seres humanos y los animales no somos tan diferentes, genéticamente hablando. Recientemente, otro ejemplo de colaboración trasnacional, esta vez con parada en Estados Unidos y dirección española bajo la batuta de Juan Carlos Izpisúa, ha patentado una investigación pionera para tratar la cura de la ceguera en ratones.

Nuevas vías de financiación

Más allá del trabajo conjunto entre instituciones investigadoras de diferentes países, los científicos españoles han encontrado en el micromecenazgo una nueva vía para continuar su labor al margen de los canales institucionales.

Es el caso del Instituto de Investigación Biomédica de Barcelona, quienes a través de la campaña "Futuro", buscan pequeñas donaciones de particulares para financiar el primer año de un investigador de doctorado que quiere salvar la vida de cualquier ciudadano en un futuro. Pero para ello necesita recursos que le permitan avanzar en nuevos tratamientos, mejorar los diagnósticos y ofrecer así al ciudadano un envejecimiento más saludable.

En este sentido, la Fundación española para la Ciencia y la Tecnología, FECYT, lleva ya dos años con el proyecto Precipita, un sistema de crowdfunding para que el ciudadano concienciado con la importancia del desarrollo y el impulso a las ciencias de la naturaleza y la salud, se implique de forma activa en proyectos de ciencia reales de científicos e investigadores españoles.

Son jóvenes prometedores que se han formado en España y que quieren hacer de este país una punta de lanza de la investigación aplicada en las ciencias de la naturaleza y de la salud como vía para mejorar las condiciones del presente y el futuro de todos los ciudadanos del mundo.

Como es el caso de Vanessa Valdeiglesias García, doctora en Biología e investigadora en el laboratorio de Toxicología de la Universidad de La Coruña que trabajó en un proyecto pionero de investigación de los efectos del fuel en la salud de los que se exponen a él de forma continuada y sin las medidas de protección necesarias. Su tesón y su trabajo se vio galardonado por la Sociedad Europea de Genómica y Mutagénesis Ambiental el año pasado y la llamada del equipo de Barack Obama para tratar la catástrofe ecológica del Golfo de México.

"Al carro de la cultura española le faltaba la rueda de la ciencia". Estas palabras fueron dictadas por D. Ramón y Cajal. Hoy siguen siendo una opinión mayoritaria entre el staff investigador del país.

Quizás el primer paso sean unos Presupuestos del Estado en los que las ciencias de la Naturaleza y la Salud obtengan un reconocimiento acorde a su importancia para el futuro del ser humano.

Emisor: www.cienciaybiologia.com