Actualizado 15/11/2016 17:49
- Comunicado -

Para que no me olvides

Madrid, 15 de noviembre de 2016.- El cantante mallorquín Lorenzo Santamaría consiguió a mediados de los setenta alzarse con el número 1 en las listas de éxitos gracias a una balada romántica que habla de un amor acabado y añorado. A decir verdad, casi todas las canciones hablan de un amor imposible, bien porque terminó o porque ni siquiera se llegó a materializar. Son melodías asentadas en nuestra cabeza y con raíces bien profundas en nuestros corazones, fondo musical de la melancolía por el amor ausente, un gustazo.
   

El caso es que a diario tarareamos canciones que nos vienen a la mente porque alguien cercano a nosotros las canta, suenan en la radio o, simplemente, debido a un pensamiento encadenado. Los expertos lo llaman hipertextualización, ir saltando de asunto en asunto de manera que uno tira del otro y el otro del siguiente. Con las canciones sucede a menudo, y no pasa el día sin que nos aborde un tema musical que luego cuesta la misma vida quitarnos del pensamiento, que se queda varios días como un parásito cansino para irse sólo si aparece otra canción diferente. Ya se sabe, la mancha de mora con mora verde se quita..

La fuerza de sugestión y el poder adictivo de determinadas canciones traza grandes pasarelas con la publicidad, la buena publicidad. Una realidad incuestionable es que la publicidad está por todas partes y es parte inherente de nuestra vida cotidiana. Su ubicuidad hace que generalmente no reparemos en su efecto y en lo que significa para el orden actual de las cosas. Todo lo más, consideramos sus mensajes como una molestia menor y cambiamos de canal en TV o bloqueamos instintivamente sus imágenes al navegar por Internet o caminando por un horizonte urbano. Pero conscientes o no de su presencia, la publicidad se filtra hasta lo más profundo de la psique colectiva, de todos nosotros.

Irrumpe en la vida de todos nosotros de forma constante, somos consumidores y por ello su presa primaria. En todo momento nos inunda de mensajes y trata de convencernos de que necesitamos comprar un producto o servicio determinado. Crea tendencias, indica cómo vestir, cómo comer o incluso cómo ser. Ese es el poder de la publicidad. Una buena publicidad muestra lo que se necesita antes de que se piense. Crea una serie de ideales que son absorbidos por la mente del consumidor (el ideal de belleza, la vida ideal...). De este modo, acabamos pensando según la perspectiva de la marca y de la gente que trabaja detrás de los anuncios.

Gracias a la publicidad, una bebida inventada por un farmacéutico en 1866, Coca-Cola, se convirtió en un fenómeno de la cultura pop. Las agencias publicitarias llevan a cabo sus campañas con la idea de que todo es posible, de que no existen obstáculos insalvables para alcanzar el propósito último de sumar voluntades y generar acciones de compra. Hoy, los anunciantes cuentan con infinidad de plataformas y medios donde anunciarse, desde la televisión a la web. El consumidor quizá no tenga que pensar por sí mismo, pero sí tiene el poder de decisión para afirmar qué es creíble y qué no. Sin embargo, no toda la publicidad que nos llega consigue su objetivo. Desde luego, la mayoría de mensajes logra impactar en nuestra pantalla sensorial, pero éste sólo tendemos a retener sólo aquella publicidad que destaca por su originalidad, creatividad, por la calidad de su manifiesto, por constituir en sí misma un regalo para los sentidos.

En cualquiera de sus modalidades y soportes, la publicidad es un instrumento muy útil al alcance de las empresas para proyectar su marca y estimular sus ventas. Una de las tendencias al alza son los regalos publicitarios o merchandising, la pieza del marketing que tiene la finalidad de incrementar la rentabilidad del negocio. Los regalos personalizados para empresas tiene cada vez más protagonismo en esa labor de difusión de la identidad corporativa y la mayoría cuentan con suficientes reservas para presumir de marca en acciones promocionales de marketing directo como actos protocolarios, visitas, congresos o encuentros tanto internos como externos.

 En ravanetto.com lo saben y por eso cada día concentran sus esfuerzos en diseñar y producir todos los detalles con los que una empresa puede obsequiar a sus seguidores, poner de su lado al gran público. Se trata de una agencia de publicidad que ofrece servicios de merchandising promocional, capaz de asesorar en la elección del regalo de empresa ideal ya sea para clientes o empleados, obteniendo así el máximo partido a cada acción promocional. Como especialistas en regalos para empresas, dispone de un amplio catálogo online compuesto por más de 2.000 regalos publicitarios baratos, artículos originales y regalos exclusivos, que a diario se actualiza con novedades adecuadas a las tendencias que indica el mercado. Al contar con taller propio cuentan con servicio de impresión en los artículos publicitarios. Ravanetto.com cuenta con más de 25 años de experiencia en este sector, garantizando un servicio de calidad y con precios sin competencia. Ya lo decía la canción, es para que no te olvides, ni siquiera un momento, y sigamos unidos los dos, gracias a los recuerdos.

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