Las vacaciones hacen que muchos pueblos y ciudades de la provincia multipliquen el número de habitantes. También que hagan falta más profesionales de servicios como los de cerrajería.
Madrid, a 8 de Agosto de 2017.-
La provincia de Alicante es el destino preferente para miles de personas en vacaciones. Cuando llega el verano, muchos pueblos y ciudades pequeñas ven cómo la población se multiplica por dos, tres o más respecto al resto del año. Un ir y venir de gente que hace que también aumente la demanda de servicios. Uno de los sectores que más trabajo tiene como resultado del turismo es el de los cerrajeros profesionales, que ven en el verano un modo de cubrir la escasa demanda del resto del año.
Trabajo sin descanso
“Prácticamente no paro,” - comenta Julián mientras se desplaza para atender un aviso, “el trabajo de cerrajeros Alicante tiene temporadas muy buenas y otras que no lo son tanto. Las vacaciones son sin duda de las mejores”. Es el tercer aviso que recibe en lo que va de mañana, y todavía le quedan otros dos antes de volver al taller.
Los motivos por los que se necesitan los servicios de estos profesionales son casi siempre los mismos. Las llaves se olvidan dentro de las viviendas con las prisas por ser los primeros en llegar a la playa, de modo que al volver para darse una ducha y cambiarse de ropa las familias se encuentran con que nadie se acordó de coger la llave, y hay que abrir. Afortunadamente, se trata de una tarea relativamente sencilla. Un cerrajero profesional puede abrir una cerradura en pocos minutos, sin causar ningún daño y sin tener que cambiar la cerradura después.
También se dedican a abrir coches, bien porque también se han quedado las llaves dentro o porque se han perdido y nadie sabe dónde están. Incluso se atienden intentos de robo, ya que las vacaciones atraen lamentablemente a otro tipo de “profesionales”. Si solo se ha causado daños a la cerradura, un cerrajero puede solucionar el problema sin que haga falta ir al taller para reparar desperfectos. Aunque algunos no tienen tanta suerte.
¿Hay un aumento de avisos durante los fines de semana, como pasa en otros lugares durante el año? La realidad es que sí. Las salidas nocturnas y los paseos por la playa a la luz de la luna parecen tener una relación directa con la pérdida de llaves en esos momentos. Muchos llaman al cerrajero convencidos de que llevaban el llavero encima y no encuentran otra respuesta más que el que se las hayan quitado o estén enterradas en la arena. Algunos temen que alguien las haya utilizado para entrar en la casa en la que están pasando sus vacaciones. Aunque casi nunca ocurre esto.
Mucho más que abrir cerraduras
Sin embargo, los servicios que prestan los cerrajeros Elche en la provincia van mucho más allá de las llaves perdidas y los descuidos. También se dedican a reforzar la seguridad de los puntos de acceso en viviendas y locales. Algo muy importante en determinados lugares, ya que salvo en verano, suelen estar vacíos el resto del año.
Esto, unido al auge de métodos como el bumping para abrir las puertas sin dejar rastro, hace que muchas personas con casas de vacaciones tengan miedo de lo que se pueden encontrar cuando vayan a pasar unos días de descanso. Los cerrajeros trabajan en la colocación de nuevas medidas, como una segunda cerradura o sistemas de apertura y cierre anti apalancamiento en puertas y ventanas. Los chalets y casas individuales son las viviendas con mayor demanda en este sentido, ya que también suelen ser el objetivo favorito de quienes entran a robar.
Claves para llamar a un cerrajero
Los cerrajeros Torrevieja y otros lugares de la provincia de Alicante advierten de la importancia de llamar a expertos de verdad. El intrusismo laboral en este oficio es muy alto, y que en vacaciones se dispare la demanda no ayuda demasiado. Muchas personas se anuncian como cerrajeros expertos, a menudo con las famosas pegatinas que se colocan en farolas y cierres de tiendas, cuando lo máximo que han hecho es ver cómo se abre una cerradura en un vídeo de Internet.
Julián conoce muy bien a algunos de estos “profesionales”, aunque no quiere decir nombres por miedo a las represalias. Lo que sí comenta es que la mala fama que tiene el gremio de la cerrajería se debe a estos individuos, no a quienes llevan toda su vida trabajando para solucionar los problemas urgentes de los vecinos. “A veces me llaman personas que dicen que les han destrozado la puerta intentando abrir la cerradura. Y cuando llego, no puedo menos que echarme las manos a la cabeza”. Es triste, pero cierto.
Otro de los peligros de estos anuncios es que algunas bandas se ocultan tras supuestos cerrajeros. Su forma de actuar suele ser la de bloquear la cerradura de algún modo, por ejemplo metiendo un palillo o una gota de pegamento instantáneo. Estratégicamente colocan la pegatina a la vista, para que la urgencia obligue a quien está en la vivienda, que a veces es un turista, a llamar. Cuando llegan, se hacen con una copia de la llave, o directamente cambian el bombillo de la cerradura para poder entrar cuando no haya nadie. El resultado es más que imaginable.
Por eso, los profesionales de verdad recomiendan desconfiar de cualquier anuncio en el que no haya por lo menos un número de identificación y un nombre. Además, no está de más pedir un presupuesto por adelantado. Y es importante decir que es el cliente quien toma la decisión de seguir adelante con la apertura de la puerta o no, por mucho que insista el “cerrajero”. Así se evitan problemas.
“Tratamos de avisar a las personas de lo importante que es tener un cerrajero de referencia. Así no hay problemas” - comenta este cerrajero que sabe que el verano no es para irse de vacaciones. Al menos no para los cerrajeros que trabajan en esta zona. Suena el teléfono, otro aviso que tendrá que atender antes de regresar al taller. Es una buena época para el sector.
Autor: Pedro Fernández
Empresa: OlimpoMarketing