VALENCIA, 7 Nov. (EUROPA PRESS) -
El presidente de la Generalitat, Francisco Camps, consideró hoy que el Santo Cáliz que se venera en la Catedral de Valencia y que se estima que podría ser el que utilizó Jesucristo en la Última Cena es una de las "piezas insustituibles" de "la tradición, la cultura y la historia" valenciana que "dan sentido" al momento "que vive" la Comunitat en la actualidad.
Indicó que "algo especial tiene que tener una tierra" que conserva una pieza como ésta, desde que en el siglo XV la portara a tierras valencianas el rey Alfons El Magnànim. Afirmó que la reliquia puede ayudar a rememorar "todo lo que ha sido nuestro pasado importante, cultura definitiva e historia, que es lo que aporta sentido al presente".
Camps, que participó hoy en la inauguración del I Congreso Internacional sobre el Santo Cáliz que desde hoy y hasta el domingo se celebra en la capital valenciana, confió en que los análisis "históricos y científicos" que se hagan en este encuentro sirvan para reafirmar la posibilidad de que el Santo Cáliz de la Catedral valenciana sea el que estuvo en manos de Jesucristo. Señaló que las reflexiones y conclusiones de esta reunión se esperan "con vivo interés".
La apertura de este congreso estuvo presidida también por el cardenal arzobispo de Valencia, Agustín García-Gasco, y la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá. Al acto asistieron además, entre otras personalidades, el vicepresidente tercero del Consell y titular de Bienestar Social, Juan Cotino; la consellera de Cultura, Trini Miró, y el rector de la Universidad Católica de Valencia, José Alfredo Peris.
El jefe del Consell apuntó que esta pieza supone también "hablar de leyenda" y de la construcción "de una Europa que va conformándose entorno a unos objetivos compartidos". Así, dijo que el Santo Cáliz puede contribuir a que "cuando la gente se acerque a la Comunitat, tenga vínculos que les relacionen con su propio pasado, tanto cultural como histórico", además de suponer "algo muy hermoso para venir a ver".
Por su lado, el purpurado, que resaltó los valores religioso y cultural, del Santo Cáliz que se custodia en la Catedral valenciana, invitó a promover la devoción a esta pieza que, según dijo, "habla" y "lleva" a Jesucristo. Consideró también que la devoción a esta pieza ha de "llevar consigo un compromiso de solidaridad" para ser "plenamente vivida".
García-Gasco manifestó, asimismo, que la tradición del Santo Cáliz "es una herencia que no pertenece sólo al pasado" porque "es un proyecto para el porvenir que se ha de transmitir a las generaciones futuras para fundamentar la vida social sobre los principios del Evangelio". Aseguró que esta reliquia "ofrece confianza y seguridad".
"VALENTÍA"
La alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, comentó durante la inauguración que este congreso, que estimó "absolutamente necesario", que servirá para "poner en valor, histórico y religioso", el Santo Cáliz que custodia la Catedral, al tiempo que valoró la "valentía" de sus ponentes por abordar el origen de esta pieza y les instó a "aportar nueva luz y nuevos datos" sobre esta pieza que "avalen que es el Santo Grial".
Barberá consideró que las aportaciones de esta reunión servirán para "evitar la ignorancia y el desconocimiento" en torno a este objeto y manifestó que se esperan sus conclusiones "con ilusión". La primera edil dijo que a partir de esta reunión Valencia "reivindicará con mayor rigor y convencimiento el privilegio de custodiar la más preciada reliquia". Señaló que el "sagrado vaso" se ofrece "al mundo desde Valencia" y recordó que fue utilizado por los Papas Juan Pablo II y Benedicto XVI en sus respectivas visitas a la capital valenciana.
El congreso internacional que acoge Valencia se desarrolla en el Centro Cultural La Beneficencia de Valencia, coincidiendo con el 1.750 aniversario de la llegada a España de este objeto. En el encuentro, titulado 'Valencia la ciudad del santo Grial', participan arqueólogos e historiadores, entre otros expertos de ámbito internacional y nacional, para analizar el origen del Santo Cáliz que se custodia en Valencia y su autenticidad.
Esta ciudad venera esta pieza desde el siglo XV, después de que fuera enviada a ella, por pertenecer a la Corona de Aragón, por el rey Alfons el Magnànim. Esta reliquia llegó a España, a través de Huesca en el año 258 gracias a San Lorenzo y para evitar que fuera robada en Roma, ciudad a la que fue trasladada desde Jerusalén.