CASTELLÓN 10 Jun. (EUROPA PRESS) -
La campaña de 2010 del Proyecto Ukhupacha de la Universitat Jaume I de Castellón ha permitido el acceso de los arqueólogos peruanos del Instituto Nacional de Cultura (INC) de Perú al canal de agua de Salapunku, una extraordinaria obra de ingeniería Inca que recogía agua desde la quebrada de Misky Pujyo para transportarla, a través de un canal de piedra de 3.600 metros de longitud, hasta el complejo arqueológico de Canabamba, según informó la institución académica en un comunicado.
Los expedicionarios se encuentran en el área de Machu Picchu, retomando unos trabajos que comenzaron en 2006, cuando descubrieron el canal muy cerca de las pinturas en las que estaban trabajando. Ahora, gracias al apoyo de Ukhupacha, los arqueólogos peruanos han podido recorrer el canal, que discurre por una pared totalmente vertical a más de 40 metros de suelo, con el objetivo de llevar a cabo su estudio y conservación.
Los trabajos de acceso comenzaron el pasado 2 de junio de 2010, con la instalación de cuerda de forma que se pudiera avanzar sobre el propio canal en aquellos sitios donde aún se mantienen sus muros. Después de cuatro días de trabajo (30 horas de actividad en pared) llevadas a cabo por el equipo hispano-peruano de Ukhupacha, se recorrieron los 254 metros de pared vertical por donde transita el canal, instalando para ello 300 metros de cuerda y 80 anclajes en la pared, con lo que pudieron observar de cerca la "magnífica" obra de ingeniería.
Una vez instalados los accesos, los ingenieros del INC pudieron acceder para efectuar medidas topográficas, y encontraron alvéolos donde se sujetaban los muros por los que discurría el agua, y que hoy han "colapsado" debido al efecto erosivo de la vegetación y a la construcción de vía férrea que transita por su base. La apertura de los accesos permitirá a los técnicos comenzar los trabajos de limpieza y conservación que merece la obra.
El próximo objetivo de la expedición de Ukhupacha pasa por el túnel de Muscayoc situado frente al Complejo arqueológico de Torontoy, donde se encuentra un hueco en la pared que los arqueólogos no han podido explorar hasta ahora.