VALENCIA 20 Mar. (EUROPA PRESS) -
El jurado internacional del Premio Unión Europea de Patrimonio Cultural/Europa Nostra 2012 ha concedido uno de los 28 premios otorgados en Europa a las realizaciones más relevantes en materia de conservación del patrimonio cultural europeo a la restauración del Horno Alto nº 2 de Sagunto, ha informado el despacho del arquitecto Carmel Gradolí.
En su valoración del trabajo premiado, el jurado dice que "al dar un premio a la restauración del Horno Alto Nº 2 en Sagunto, se rinde homenaje al esfuerzo continuado para salvar este monumento excepcional y para permitir su comprensión por parte de las generaciones futuras".
La comisión evaluadora también destaca que "los altos hornos supervivientes de la industria del acero y del hierro del siglo XX representan algunos de los retos más difíciles para los que creen que la conservación inteligente del legado físico de esta industria es de vital importancia para la comprensión de la historia común de Europa: el carbón y el acero, después de todo, estaban en los orígenes de la Unión Europea. El nuevo estado y la belleza recientemente revelada de este alto horno de 1920 devuelve a la población el orgullo de una ciudad que creció a partir del hierro y el acero, creando un bien cultural único y poderoso que es de interés para el conjunto de los pueblos de Europa".
La singularidad del horno alto como resto industrial procede tanto de su especificidad como elemento que hace posible la industria siderúrgica --en el que el ingenio humano muestra su capacidad para dominar la naturaleza-- como de aquellos valores propios que hacen deseable su conservación: su carácter conmemorativo de un etapa industrial ya histórica, su potencial didáctico y, por supuesto, su poderosa imagen, subraya el arquitecto.
Esta singularidad determina las posibilidades de la intervención, ya que el horno alto no es un contenedor al que se pueda implantar un nuevo uso más o menos adecuado a sus características espaciales y a su destino original, sino una máquina enorme, un artefacto que se ha construido y modificado con unos medios, una finalidad y, sobre todo, una actitud muy distinta a la que hoy nos anima a conservarlo.
El Horno Alto nº 2 es el elemento conservado más interesante de una industria que determinó la creación de todo un núcleo de población, una ciudad en que la trama urbana y social dependen completamente de la factoría de Altos Hornos del Mediterráneo. Su cierre en 1984, tras más de sesenta años de funcionamiento, y la demolición de la práctica totalidad de sus elementos, suponen una ruptura traumática con el pasado determinando una crisis humana y urbanística en la que desaparece el referente más importante de la población y en la que los restos conservados, con un aspecto decrépito cuando no ruinoso, apenas pueden transmitir su carga significativa.
En esta situación, la actuación tiene la responsabilidad de restituir como elemento cultural un pasado del que es casi el único nexo de unión. Para ello, se ha ejecutado una intervención que contempla la consolidación estructural del horno, una torre metálica de 64 metros de altura que, durante más de trece años, ha estado abandonada y sin mantenimiento en un entorno marino agresivo y la recuperación de su imagen, acometiendo una actuación optimista que ha devuelto al horno el aspecto que tenía después de una de sus periódicas reconstrucciones, cuando quedaba listo para acometer una nueva campaña de funcionamiento.
También se ha programado su habilitación funcional, de carácter esencialmente didáctico, haciendo visitable desde su entorno inmediato hasta su interior y creando un recorrido que permite acceder hasta sus niveles más altos.
Para potenciar este carácter didáctico, se ha edificado un pabellón de recepción, dotado de medios audiovisuales, donde, previo a la visita y mediante la restitución virtual de los elementos desaparecidos, se puede interpretar la posición de un Horno Alto en el proceso siderúrgico y comprender su propio funcionamiento como máquina productora de arrabio.
FASES
La restauración del horno se ha ejecutado en tres fases: 1998-2000, 2007 y 2009-2011, y "ha superado dificultades como su paralización durante casi una década", han resaltado las mismas fuentes.
La propiedad es de la Fundación Comunidad Valenciana de Patrimonio Industrial de Sagunto y la financiación ha estado a cargo de Conselleria de Cultura de la Generalitat (proyectos, coordinación y supervisión), Ministerio de Fomento (1ª fase) y Ayuntamiento de Sagunto (2ªy 3ª fases).
La dirección del proyecto corresponde a Carmel Gradolí, Arturo Sanz y Luis Fco Herrero y otros técnicos que han participado en alguna fase de la obra son Francesc Vallet, arquitecto técnico y las ingenierías Ingeniería DIEZ, ingenieros, VALTER, Valenciana de Estructuras, S.L.,VALNU, Servicios de Ingeniería, S.L. y Montajes Nervión, Ingenieros Construcción: UTE NECSO-Freyssinet S.A. (1ª fase), PAVASAL (2ª fase) y COVOP, S.A. (3ª fase).