VALENCIA 21 Oct. (EUROPA PRESS) -
El Institut Valencià d'Art Modern (IVAM) recuerda estos días a uno de los diez mejores arquitectos españoles del siglo XX, Félix Candela, cuya vida y obra se vieron marcadas por los acontecimientos históricos que le llevaron a luchar en el bando republicano durante la Guerra Civil Española, por lo que pasó un tiempo en un campo de concentración y hasta exilarse finalmente a México, donde desarrolló toda su creatividad con innovadoras formas curvas conocidas como el 'paraboloide hiperbólico'.
A través de planos y dibujos orginales, instanténeas realizadas por fotógrafos de renombre, 20 maquetas de sus edificios más emblemáticos en 3D, objetos personales, animaciones multimedia, fragmentos de películas donde aparecen obras suyas y dos documentales, la Sala de la Muralla del IVAM repasa la biografía e hitos profesionales del arquitecto exiliado, en el centenario de su nacimiento, con la exposción 'Félix Candela. 1910-2010'.
Conocido por trabajos como el laboratorio de Rayos Cósmicos, la Iglesia de La Milagrosa, el restaurante Los Mananticales, la Iglesia de Santa Mónica, el Palacio de Deportes de México, la planta embotelladora de Bacardí o la Capilla Palmira, Candela diseñó su obra póstima precisamente para Valencia, en la cubierta del restaurante de L'Oceanogràfic de la Ciudad de las Artes y las Ciencias (CAC), cuya construcción no llegó a ver terminada.
Así, 'Félix Candela. 1910-2010', que se inagura esta noche y que estará abierta al público hasta el próximo 2 de enero, se expone por primera vez en esta ciudad, donde ha sido presentada este jueves por el catedrático en Arquitectura y miembro del Consejo Rector del IVAM, José María Lozano, junto al comisario Juan Ignacio del Cuerto, y el director de proyectos de la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales (SECC), Xosé Luis García Canido, que organiza la exposición junto al museo valenciano.
Como nieto e hijo de exiliados, el comisario Del Cueto ha confesado que siempre ha estado buscando "esa doble raíz" de los arquitectos expañoles exiliados en México, donde encontró 25, entre ellos a Candela, de quien ha destacado su humor y modo de enteder su propia vida como una "aventura" y una forma de aprender, formarse y entender el mundo, a pesar de vivir una guerra, estar encerrado en un campo de concentración y tener que salir de su país natal.
Esa manera de ver la vida, hizo que frente a otros creadores "anclados en la nostalgia" de su país, Candela "aprovechara lo que México, su patria de adopción, le ofreció". Así, diseñó más de 1.400 proyectos y realizó más de 600 obras, caracterizadas por "innnovadoras formas" que fueron el "germen" del paraboloide hiperbólico, ha subrayado Del Cueto.
Candela "llevó a niveles inusitados" las posiblidades estructurales de estas formas curvilíneas inversas, a través de finas estructuras laminares, con un encofrado de madera, armado sencillo y vaciado de hormigón, que combinan la abstracción con una construcción muy "artesanal", que le llevó a tener mucho trabajo durante la instrialización mexicana, dada que esta manera de crear es "más económica".
Por su parte, el director de proyectos la SECC destacó que pese a estar "entre los cinco y diez mejores arquitectos del siglo XX", Candela es "paradójicamente" poco conocido en España debido a su exilio en México y su estancia después en los Estados Unidos. García Canido animó a quienes desconozcan su obra, a visitar esta muestra.
Según el responsable de la SECC, Candela se envolció en las tendencias latinoamericanas que abogaban por la curva frente a las rectas más sencillas y logró unos diseños que "trascienden" de su propia época. García Canido recordó que el día que el arquietecto iba a coger un tren para ocupar una beca en Alemania, estalló la Guerra Civil Española y Candela decidió quedarse volver a casa para luchar en el bando republicano.
"Esta pequeña anécdota pudo haber cambiado su vida". De haberse subido a ese tren podría haber acabado como profesor en Alemania, pero su decisión le hizo embarcarse en lo que él llamaba su propia "aventura".
Por su parte, Lozano definió a Candela como un "referente" en la arquitectura por su "mezcla entre la abstracción más sabia con el procedimiento más sencillo", que sin saberlo era un abanderado de la hoy aclamada "sostenibilidad". El catedrático resaltó la "optimización de recursos" en sus "cascarones", cuya última pieza póstuma está en L'Oceanogràfic. Al respecto, Lozano manifestó sentirse "dolido" porque el Ágora de Santiago Calatrava "oculte" esta última creación de Candela.
Para completar la muestra, el viernes 22 de octubre impartirá un taller de conferencias sobre el arquitecto que rocorrerá tanto su forma de trabajar como su faceta vital.
; cubrió más de un millón de metros cuadrados con sus "famosos paraguas"