LOS ANGELES 27 Sep. (EUROPA PRESS) -
No hay manera. Peter Jackson pone un circo... y le crecen los enanos e incluso los hobbits. Cuando parecía que los problemas económicos de la Metro Goldwyn Mayer podían darle un respiro al proyecto para levantar cabeza un nuevo nubarrón aparece en el horizonte de la precuela de El Señor de los Anillos: el boicot de los sindicatos de actores.
Hace un par de semanas Sir Ian McKellen daba un alegrón a los millones de fans de la saga de Tolkien al anunciar que, tras varios años de retraso, el rodaje de El Hobbit comenzará en enero. Cuando Peter Jakson, productor ejecutivo del proyecto y -si no encuentra a nadie a quién dejar el 'marrón'- posible director tras la espantada de Del toro, veía la luz al final del tunel y se disponía a iniciar el casting llega otro varapalo.
Según informa la BBC, siete sindicatos de actores de Estados Unidos, Australia, Reino Unido y Canadá han recomendado a sus afiliados que no firmen ningún contrato para rodar El Hobbit. Este llamamiento, secundado por la Federación Internacional de Actores y sindicatos tan importantes como al SAG, llega después de que los productores de las precuelas se han negado a firmar un acuerdo con los artistas locales de Nueva Zelanda.
Los sindicatos no solo ordenan a sus afiliados que no firmen para El Hobbit, sino que también les piden que informen de cualquier contacto que los productores intenten mantener con ellos o con otros compañeros. Además, advierten que si firman su propio acuerdo haciendo oídos sordos a sus consignas, serán castigados por los aparatos de disciplina interna con sanciones que van desde la suspensión del afiliado hasta multas e incluso la expulsión del sindicato.
JACKSON RESPONDE
Ante este nuevo obstáculo en su camino, Jackson no se ha mordido la lengua. "Es muy fácil ondear la bandera en favor de los trabajadores y apuntar a los grandes estudios", responde el director que asegura que como siempre en sus rodajes se tratará justamente a todos los trabajadores y denuncia la campaña orquestada hacer daño a El Hobbit.
Eso sí, Jackson parece que está cansado de no ser profeta en su tierra y amenaza incluso con llevarse el rodaje de El Hobbit desde Nueva Zelanda hasta Europa del Este. Algo que, avisa, dejará a su país "en el más completo ridículo internacional en el ámbito cinematográfico".
"Si El Hobbit sale de Nueva Zelanda comenzará un largo periodo de sequía cinematográfica en el país, puesto que no se darán rodajes de envergadura en muchos años", augura el director que, cual Gollum, parece dispuesto a defender su tesoro con uñas y dientes.