MADRID, 17 Dic. (EUROPA PRESS) - Juan José Campanella no ha recurrido de nuevo al drama o al suspense, esos géneros con los que consiguió reinar en los Óscar de Hollywood con el filme El secreto de sus ojos. Esta vez, el director argentino se ha atrevido con la animación, un campo hasta ahora desconocido para él, y ha llevado adelante la producción hispano-argentina en 3D Futbolín. Hace tiempo que el director de El hijo de la novia o El mismo amor, la misma lluvia soñaba con llevar a cabo un proyecto de animación, según ha relatado este martes en declaraciones a Europa Press. El resultado es una película de aventuras, amor y amistad en la que el fútbol es "solo una excusa", ya que Campanella no se considera "futbolero". La cinta, que llega a las pantallas españolas este viernes, cuenta la historia de Amadeo, el mejor jugador de futbolín de un pequeño pueblo. Uno de los niños derrotados por este gran jugador es El Crack, quien años más tarde, y convertido en jugador de fútbol profesional, vuelve para vengarse del rey del futbolín. Campanella (Buenos Aires, 1959) explica que esta historia está basada en el cuento Memorias de un wing derecho, de Roberto Fontanarrosa, una especie de "monólogo" en el que un jugador de fútbol desvela poco a poco que en realidad es un jugador de un futbolín. "El texto no tiene historia, argumento o personajes, así que fue solo un excelente disparador de esta película", indica. Preguntado por el reto que supone una cinta de animación, el cineasta cuenta que "los animadores son como actores" y, por tanto, se les dirige "de la misma manera". "Llega un punto en que hablas con ellos de lo mismo que con un actor --objetivos emocionales, texto, lo que el personaje quiere decir-- y luego él hace su interpretación". Además, añade que en animación existe una última tanda en la dirección que no tiene lugar con un actor real y que está relacionada con los movimientos específicos del personaje, como "subir la ceja" o "disminuir la sonrisa". Por ello, subraya: "Aquel que piensa que con la animación se libra de los actores está equivocado. Al contrario, estos se multiplican, hay 20 por cada personaje". Preguntado por el 3D, Campanella confiesa que le gusta mucho y que acaba de descubrir que es "mucho más artesanal" de lo que él pensaba. "Creía que se hacía en 2D y luego la computadora se encargaba de hacer lo demás. Pero no, para que esta técnica no provoque cambios de visiones se decide todo toma a toma", indica. En su película no se llevan al extremo las posibilidades de esta técnica ni se abusa de objetos que parecen llegar al espectador, algo que, según el director, distrae del relato. "El 3D me gusta más en las escenas íntimas que en las grandes escenas, al revés de lo que podría parecer. Dos personas en una habitación es como estar en un teatro real", indica. Campanella afirma que repetirá la experiencia pero aún no quiere decir cuándo ni con qué proyecto. Ahora, aún inmerso en la promoción de Futbolín, piensa en hacer una película en vivo y confiesa: "Trabajaría donde me lleve la historia que quiero contar". No es la primera vez que Michelle Jenner pone voz a un personaje de animación, ya que el de Sara, en Las aventuras de Tadeo Jones, contó con su voz. Y alcanzan casi el centenar las películas que también ha doblado esta actriz, entre las que destacan Harry Potter o La vida es bella. "Cada película es un nuevo reto y una nueva experiencia. Estoy encantada de haber visto mi granito en esta película, que tiene años y años de trabajo", cuenta Jenner, quien en esta ocasión interpreta a Laura, una chica "independiente pero también tierna y dulce". Para Arturo Valls, voz de El Crack, esta es la segunda vez que pone voz a un personaje de animación y, según destaca, lo fascinante de esta labor es precisamente "animar a un ser sin vida". Esta vez pone voz al malo de la película, un jugador "estrellita, narcisista y egocéntrico" que puede tener su reflejo en la vida real, aunque el actor se resiste a dar nombres.