Foto: EUROPAPRESS
LONDRES, 7 Ene. (REUTERS/EUROPA PRESS) -
Nadie desata tantas pasiones en Reino Unido como la primera mujer que ocupó el 10 de Downing Street. Su biografía cinematográfica, The Iron Lady (La Dama de Hierro), que ha rodado Phyllida Lloy, ha reavivado el debate sobre su legado con ocasión del estreno de la película esta semana.
La interpretación de Meryl Streep como la exprimera ministra Margaret Thatcher provoca poca controversia o discusión. La consagrada actriz ha recibido grandes elogios tras meterse en los gestos, en la figura y en la época de la política inglesa, pero no así el propio personaje.
Problemas como el elevado desempleo, los recortes de gastos y tensiones con Europa o el descontento sindical fueron los rasgos que caracterizaron el mandato de Thatcher y que ahora, de nuevo, vuelven a sufrir los británicos. Con el estreno de la película, que repasa sus años en el poder, los recuerdos y la polémica sobre su persona han vuelto a surgir.
'LA DAMA DE HIERRO' REABRE HERIDAS
"De lo que me di cuenta cuando estaba haciendo la película es de lo intensos que son los sentimientos de ambos lados. La gente quiere mantenerla como un icono indeleble o que se la vea como un monstruo", dijo a Reuters Meryl Streep.
Streep aseguró que no estaba de acuerdo con muchas de las políticas de Thatcher pero que admiraba muchas de sus cualidades personales, una postura compartida por muchos británicos.
"Thatcher fue una mujer que tuvo éxito en un mundo de hombres en un tiempo en el que eso era increíblemente inusual. Las grandes personalidades siempre dejan su marca. (...) Quienquiera que sea la primera presidenta de Estados Unidos, tendrá una gran deuda con Margaret Thatcher", dijo a Reuters la parlamentaria conservadora Louise Mensch, tras ver The Iron Lady en Nueva York.
La estatua de bronce de Thatcher, con su característico traje y famoso peinado, es claramente visible entre las del resto de exprimeros ministros, todos hombres, en el ornamentado vestíbulo adjunto a la cámara de debates del Parlamento.
Sin embargo, incluso el potencial de Thatcher como modelo para las mujeres ambiciosas es discutido, dado que se rodeó de hombres toda su carrera e hizo poco por ayudar a que otras mujeres rompieran la barrera.
"Las feministas me odian, ¿no? Y no las culpo. Porque yo odio el feminismo. Es un veneno", llegó a decir Thatcher, según Paul Johnson, uno de sus consejeros más cercanos.
No sabemos si 'la dama de hierro', que tiene ahora 86 años y sufre demencia, ha visto la película. Lo que sí está claro es que el largometraje no ha dejado indiferente a los británicos.