El elegido, de Antonio Chavarrías, rememora el asesinato de Trotsky en su 76º aniversario

Fotograma de la película 'El elegido'
FILMAX
Actualizado: martes, 30 agosto 2016 15:29

MADRID, 30 Ago. (EUROPA PRESS) -

Antonio Chavarrías dirige El elegido, un drama de "traiciones y emociones en formato de thriller en un contexto histórico muy poderoso que además es real" y que gira en torno a la conspiración que se llevó a cabo para matar a Trotsky, cuando se cumple este fin de semana el 76º aniversario de su muerte.

Así lo ha asegurado a Europa Press el cineasta, que niega que El elegido sea un "biopic". "La materia prima era ya muy rica", ha comentado Chavarrías, que explica que ha pretendido contar una historia "con rigor" y sabiendo que se dejaba una "gran parte absolutamente desconocida de qué es lo que sucedió en realidad".

Rodada entre México y España y en cuatro idiomas (inglés, español, ruso y francés, e incluso una frase en catalán), El elegido se centra en un joven oficial republicano llamado Ramón Mercader (Alfonso Herrera), que es reclutado por el servicio de espionaje soviético para participar en una misión de alto secreto ordenada por el propio Stalin: asesinar a León Trotsky, a quien considera un traidor y que se encuentra exiliado en México.

Para poder realizar el filme, Chavarrías buscó documentación en las actas del juicio -Mercader fue condenado a 20 años de prisión-, de los interrogatorios y de documentos de la policía mexicana y de los trostkistas, pero no de la parte soviética, cuyos informes y datos eran secretos. Además, según explica, tras la muerte de Stalin se destruyeron muchos documentos y los implicados en la conspiración "nunca contaron lo que sucedió". Por otra parte, donde sí encontró "bastantes fuentes de información" fue en el nieto del propio Trotsky, al que tuvo la "fortuna" de conocer.

Según Chavarrías, la película se compone de tres partes: el contexto histórico, en el que convergen el fascismo, el nazismo, el comunismo y el comienzo de la Segunda Guerra Mundial, las circunstancias humanas y, sobre todo, los personajes implicados en el asesinato de León Trotsky. "Me interesaba mucho los personajes, el cómo la ideología y las creencias pueden llevarte a territorios absolutamente impensables en otras circunstancias", ha especificado.

SIN JUZGAR A LOS PERSONAJES

A pesar de tratarse de un suceso real, que tuvo lugar en Coayacán (México) en 1940, el director -que reconoce que "conocía muy poco" de esta historia "fascinante"- afirma que en ningún momento ha intentado "juzgar" a los personajes. "Mi papel era de alguien que cuenta lo que pasó, intentando no juzgar, ser fiel a todo lo que nos ha llegado de esa historia, acercarme con el máximo rigor y también con la distancia que ayuda el tiempo", explica el cineasta, que considera que "los hechos se explican solos" y que "hay suficientes elementos para que cada espectador haga su propio juicio de valor".

No obstante, reconoce que ha sido "crítico" con la Unión Soviética por el momento que atravesaba el comunismo, de "deriva hacia un totalitarismo", según destaca, pero que ha dejado hablar a los personajes por sí solos tomando como referencia textos de la época. De hecho, apunta que los personajes de Ramón Mercader y su madre (Elvira Mínguez) no han sido presentados como "monstruos". "Es gente de su tiempo sometida a una jerarquía y a un momento histórico y sin perspectiva histórica", justifica el director.

En este sentido, lo que sorprendió al cineasta de la historia fue el "peso que tuvo la parte emocional y la parte humana" de los personajes, así como de la conspiración, ya que ésta estaba "muy fríamente planificada", pero cuando llegaba la hora de la verdad, "lo que acababa decidiendo muchas cosas eran los sentimientos, las emociones".

Precisamente, Chavarrías explora en la película la relación entre Ramón Mercader y su madre, que fue quien ejerció en él "influencia moral" por su radicalismo. Aunque el director ha defendido el papel del contexto histórico en los hechos que sucedieron, opina que carece de "lógica" que fuera la madre quien captara a su hijo para que participase en una misión como la de asesinar a Trotsky. A su juicio, eso es lo más "perturbador".

Preguntado sobre si cree que una historia similar podría repetirse en la era actual, Chavarrías responde que sí por la existencia de radicalismos de extremos, aunque afirma que el contexto y las circunstancias serían distintas. "Seguramente se siguen haciendo actos de barbarie constantemente y también hay implicados familiares y hay un dogmatismo que les impulsa a cometer cualquier tipo de acción sin reparar demasiado en las consecuencias, lo que no se daría es en los mismos términos", especifica.