Foto: LES FILMS DES TOURNELLES
MADRID, 27 Feb. (EUROPA PRESS)
En un tono cercano a la fábula, la actriz y directora libanesa Nadine Labaki presenta en España Y ahora, ¿adónde vamos? una cinta protagonizada por un grupo de mujeres cristianas y musulmanas dispuestas a hacer cualquier cosa por frenar una nueva guerra entre sus maridos e hijos.
Esta película, premiada por el público en los festivales de Toronto y Oslo, fue muy aplaudida en el de San Sebastián, donde recibió el Premio a la mejor película europea. Se estrena en España el próximo 2 de marzo.
"Históricamente se ha demostrado que son siempre los hombres los que toman las armas en los conflictos", alega esta directora, quien utiliza el humor y las situaciones surrealistas para caricaturizar el conflicto que se produce en un pequeño pueblo del Líbano.
"A veces hay que ridiculizar los motivos de la guerra para entender las cosas", señala en una entrevista con Europa Press esta atractiva mujer, quien debutó como directora con el film 'Caramel'.
DE VECINOS A ENEMIGOS
Labaki decidió embarcarse en su segunda película tras presenciar el conflicto que se producía en su propio pueblo entre hombres que hasta hace poco eran vecinos y amigos. "Vi como se convertían en enemigos de un momento a otro, y además yo estaba embaraza y pensaba qué tipo de mundo le iba a dejar yo como madre" explica esta cineasta.
"Me puse a pensar de qué sería capaz si tuviese que proteger a mi hijo, y creo que haría cualquier cosa y por supuesto todo lo que las mujeres de la película hacen para proteger a los suyos, y sí, también disparar a un hijo en el pie", alega Nadine Labaki.
Asimismo subraya que el papel de los hombres en esta cinta es "ridículo" e incluso "exagerado" para enfatizar ciertos aspectos y qué es lo que realmente hay detrás. "No sé que pasaría si las mujeres llegásemos al poder, pero de lo que no hay duda es de que tenemos una responsabilidad como mujeres y como madres".
En esta misma línea, señala el papel "utópico" que juega la religión en este film" en el que el sacerdote cristiano del pueblo y el líder espiritual musulmán unen sus fuerzas e incluso manipulan para conseguir que los vecinos no entren en una guerra.
Por último señala que la música en el film, compuesta por su marido Khaled Mouzanar, es un "personaje" más y con sus melodías pretende dar un tono "más universal" al conflicto. "La danza y la música convierten dan al conflicto un tono universal", alega.