VENECIA, 31 (Reuters/Ep)
Al Pacino rechaza las insinuaciones de que por interpretar a personajes deprimidos en dos películas del Festival de Cine de Venecia debe sentir una afinidad especial por ese tipo de papeles.
La estrella de El Padrino, que ahora tiene 74 años, también dijo que a pesar de no considerarse un actor de Hollywood, apreciaba algunas de las películas de alto presupuesto que salen de ahí.
"Acabo de ver Guardianes de la Galaxia, la de Marvel, fue increíble", dijo en una rueda de prensa después de que se mostraran sus dos películas.
En The Humbling de Barry Levinson, una cinta basada en una novela de Philip Roth, Pacino interpreta un veterano actor clásico que pierde súbitamente su habilidad para actuar.
Bajo la dirección de David Gordon Green en Manglehorn es un cerrajero texano que nunca superó al amor de su vida, a quien abandonó y se aisló de cualquier contacto humano normal.
Ya que los dos papeles que interpretó son personajes antisociales y enojados, Pacino fue bombardeado con preguntas sobre si saca algo de la experiencia personal para actuar personas que sufren depresión.
"No veo cómo no haya podido estar deprimido alguna vez, pero no se acerca de eso", dijo.
"¿Cómo va eso? Dices Estoy deprimido pero la vida te rodea por todos lados. Quiero decir, hay cosas que te entristecen... básicamente hay momentos en los que querrías ser más feliz, pero estar deprimido es aciago y está dentro de todos nosotros", dijo Pacino.
Cuando se le preguntó si pensaba que las películas de ahora eran más deprimentes que en los 70 cuando interpretó a Michael Corleone, el capo del crimen en las películas de El Padrino, Pacino dijo: "No sé si las películas son más deprimentes ahora, no lo sé, pero creo que en mis primeros largometrajes, por ejemplo en el El Padrino 2 imagino que Michael Corleone estaba deprimido".
Manglehorn compite en el festival por el León de Oro, que se anunciará la semana que viene, mientras que The Humbling se mostró fuera d ecompetición.
En una crítica por Internet en el The Hollywood Reporter se dice que Manglehorn sufre de un "guión torpe, que desencanta cualquier metáfora, escrita o hablada".