Foto: AURUM
MADRID, 2 Mar. (EUROPA PRESS - Israel Arias)
Angelina, si lo que querías era un debut digno como directora de cine... ¿por qué no contrataste un buen guionista? No lo hizo y, por eso, En tierra de sangre y miel es la historia sobre la Guerra de los Balcanes que habría escrito un adolescente tras estudiar los párrafos dedicados al conflicto en su libro de texto.
Antes de entrar en más consideraciones, pongámonos por un segundo en la piel de Brad Pitt. Ese actor guapo, rico y que viene de rodar en los últimos años peliculones como Moneyball, El árbol de la vida o Malditos Bastardos. ¿Qué le dice a su señora cuándo ésta le pregunta sobre su primera película como directora y guionista? Menuda papeleta. Esperemos, por su bien, que Brad mintiera, porque si se sinceró con Angelina...
Pero entremos en materia. Para lanzarse al mundo de la dirección, la hipercomprometida Jolie quiso volver su mirada a la Guerra de los Balcanes, el conflicto más sangriento que ha vivido Europa desde la Segunda Guerra Mundial. Con En tierra de sangre y miel lo hace tomando como vehículo una historia particular: la de un policía serbio y una joven pintora bosnia que ven como el estallido del conflicto trunca su incipiente amor.
Meses después, ambos volverán a encontrarse, aunque en circunstancias muy diferentes. Él -Danijel, al que da vida Goran Kostic- es un capitán del ejército serbio del que ella -Ajla, interpretada por Zana Marjanovic- es esclava. Un amor imposible en un contexto de muerte y de vejaciones y violaciones sistemáticas.
Un tema muy escabroso que le trajo a Jolie más de un quebradero de cabeza. Polémicas con las víctimas bosnias, con las autoridades del país balcánico, con un periodista croata que la acusó de plagio... Un cúmulo de vicisitudes que ha culminado con las amenazas de muerte que recibieron la directora y su equipo hace pocas semanas tras presentar su cinta en Sarajevo.
"La guerra no fue equilibrada así que...", esgrime Jolie, que también alega en su defensa la presunta complejidad de sus dos personajes principales para responder a las acusaciones de parcialidad.
Puede que ellos sí que tengan aristas suficientes para sujetar su coartada, pero teniendo en cuenta el contexto en el que los sitúa y las semblanzas de quienes les acompañan, no es de extrañar que desde Serbia se la acuse de dar una visión muy parcial del conflicto. La visión de alguien que además lo mira desde fuera.
ANGELINA GUIONISTA vs. JOLIE DIRECTORA
Si son justas o no dichas acusaciones, no nos compete a nosotros juzgarlo. Aquí estamos para otra cosa. Para repasar someramente su labor como directora y guionista. Y esta última faceta... tiene miga.
Como el recurso de la radio y el de la televisión que a todo volumen repasan -de una tacada y en 30 segundos- los antecedentes y situación actual del conflicto se le agota pronto, Angelina somete en ocasiones a sus personajes a diálogos forzados que se tornan totalmente inverosímiles en situaciones límite.
Ese es sólo un ejemplo de las muchas deficiencias que arroja el libreto de En tierra de sangre y miel. Pero si bien es cierto que como guionista Jolie naufraga, no lo es menos que desde el punto de vista de la dirección su debut no es tan desastroso.
En su ópera prima, trufada de los defectos propios del debutante, Jolie sabe crear una atmósfera creíble -que sus diálogos se encargan de dilapidar- y no rehuye de los planos más incómodos y violentos. Elementos muy necesarios en esta historia. Algunas de esas escenas están filmadas con pulso firme, mientras que otras se regodean en la tragedia buscando deliberadamente el nudo en la garganta del respetable. La directora no tiene mucha culpa de todo esto, la guionista sí. Así que, Angelina, por favor, la próxima vez contrata un escritor. Y si es bueno... mejor que mejor.