Foto: UNIVERSAL
MADRID, 10 Feb. (EUROPA PRESS -Israel Arias)
Ryan Reynolds y, sobre todo, Denzel Washington son las estrellas de El invitado, un thriller dirigido por el sueco con el nombre menos sueco del séptimo arte: Daniel Espinosa.
Nada nuevo bajo el sol en esta cinta que suple lo manido de su temática y argumento con un ritmo firme y, sobre todo, con el carisma de Washington. Y es que, cuando el bueno de Denzel se pone en rollo Training Day -es decir, veterano de lo suyo maleado por el desgaste del trabajo y de la vida en general- mola mucho.
Esta no es de policías, es de espías. Y el pipiolo de turno con el que tendrá que lidiar -que no entrenar- no es Ethan Hawke, sino Ryan Reynolds. Da igual. El bioscarizado actor lo clava metido en la piel de Tobin Frost, un veterano ex agente de la CIA que un buen día decidió abandonar al Tío Sam y pasarse al lado de los traidores para hacer fortuna vendiendo secretos militares.
Pero tanto va el cántaro a la fuente que en la transacción más importante, con la que podría retirarse definitivamente de la circulación, las cosas se pone muy feas y Frost se ve obligado a entregarse en la Embajada estadounidense en Sudáfrica. La CIA se frota las manos, un traidor como Tobin es caza mayor. Inmediatamente arranca el protocolo previsto para estos casos.
El operativo exige trasladar a Frost hasta un piso franco de la CIA en Ciudad del Cabo donde será 'persuadido'. El invitado, una leyenda viva para todos los agentes, llega al piso que cuida Matt Weston (Reynolds), un joven agente que aspira a hacer carrera.
A partir de ahí... mejor no contamos más de la historia que, a pesar de que se ve venir, engancha. Según avanzan los acontecimientos iremos profundizando en esa relación -complicada, abrupta pero siempre noble- entre el veterano traidor y el joven agente leal mientras se van sucediendo espectaculares persecuciones, tiroteos, combates cuerpo a cuerpo... una ración XXL de secuencias de acción con el sabor de los mejores bournes y bonds. Factura impecable.
Y ESTÁ BIEN INTERPRETADA
Además de sus muchas virtudes técnicas, hay que subrayar que el notable trabajo de Washington -insisto, este hombre rara vez defrauda- y la réplica cumplidora de Reynolds, se ve arropado por unos sólidos secundarios. Ahí tenemos a Vera Farmiga en el papel de Catherine Linklater, la jefa de sección de la CIA; Brendan Gleeson como David Barlow, veterano agente y mentor de Weston; y Sam Shepard como Harlan Whitford, el director adjunto de operaciones de la Agencia.
Nombres para conformar un plantel interpretativo que se erige como una de las grandes bondades de la cinta de Espinosa. Algo que se agradece en este tipo de películas y que justifica que a'El invitado Denzel' le recibamos, una vez más, con la alfombra roja desplegada a sus pies.