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MADRID, 3 Feb. (EUROPA PRESS - Israel Arias)
El buen cine es universal. Solo así se explica el gran sabor de boca que deja Moneyball: Rompiendo las reglas' incluso entre los que no tenemos ni idea de béisbol. Y es que el desconocimiento total del deporte yanqui por excelencia no es óbice ni impedimento para disfrutar de la cinta protagonizada por Brad Pitt y dirigida por Bennett Miller.
Y es que el bate, la bola y el guante son en Moneyball la parte menos importante del juego. Lo que tiene peso es lo otro, todo lo que rodea al deporte, las catacumbas y entrañas del béisbol. Allí es donde vive Billy Beane (Pitt), jugador fracasado y ahora director general de un equipo de Oakland. Un hombre cansado de ser el vivero de las estrellas de los grandes y de vivir instalado en la mediocridad.
En su camino para reconstruir por enésima vez su equipo se cruzará Peter Brand (Johan Hill), un joven fanático del béisbol y genio de las estadísticas. Él será quien le abra los ojos y le hará ver que si siguen jugando con las reglas de siempre, las de los grandes, nunca podrán hacerles frente.
Es entonces cuando decide romper la baraja e instaurar el nuevo método ideado por Brand para gestionar su plantilla. Un método en el que no importan ni el juego, ni las intuiciones, ni las cuestiones técnicas... los números son lo único que cuenta. Estas son las nuevas reglas y no será fácil que los viejos dinosaurios del equipo técnico -con el entrenador Art Howe (Philip Seymour Hoffman) a la cabeza- las acepten.
Una historia real de superación, de lucha contra todo y contra todos que tiene el béisbol como escenario, pero no como protagonista. Ese es Billy Beane: manager, deportista y también, y por encima de todo, padre. Es la historia, su historia, lo que tiene más músculo en el guión de Moneyball, que firman los nominados Aaron Sorkin y Steven Zaillian. Su trabajo a la hora de adaptar el libro de Michael Lewis es magnífico.
Sus certeros y ágiles diálogos encuentran en Pitt -inmenso como pocas veces en su carrera- y Hill a los replicantes perfectos. Ambos optan también a la estatuilla. En total son seis, incluyendo mejor película, los Oscar a los que está nominada la cinta de Bennett Miller. Pero eso, al igual que saber algo de béisbol, es lo de menos.