MADRID 28 Abr. (EUROPA PRESS) -
El amor hilvana los desconocidos 'Entremeses barrocos' que pone en pie la Compañía Nacional de Teatro Clásico (CNTC) dirigida por Eduardo Vasco y que, en esta ocasión, ha sacada a la luz exquisitas piezas cortas de Calderón de la Barca, Bernardo de Quirós y Agustín Moreto de la mano de cuatro jóvenes ayudantes de dirección que han colaborado con la compañía.
El Teatro Pavón acogerá este espectáculo del 3 al 29 de mayo en el que podrán verse dos obras de Calderón ('Los degollados' y 'El toreador') dirigidas por Pilar Valenciano y Héctor del Saz, respectivamente; 'El muerto, Eufrasia y Tronera' de Bernardo de Quirós a cargo de Elisa Marinas; y 'El cortacaras' de Agustín Moreto por Aitana Galán.
Firma la versión Luis García-Araus, quien ha explicado este jueves cómo lo primero que vio en común en todos los textos elegidos era el tema del amor, junto a los celos, las burlas y los enredos. "No queríamos una sucesión de entremeses sino un espectáculo unificado. Escribí un texto inspirado en los modelos de las mojigangas y esto nos ayudó a pensar en el tono, que remite al cabaret y a la revista", ha señalado.
Para Vasco, que termina en breve su etapa al frente del Clásico, la compañía "tiene la necesidad cada cierto tiempo de reivindicar estas pequeñas muestras de teatro que se dan desde la Edad Media y que aparecieron de la mano de Lope de Rueda". El director de la CNTC considera que se trata de un "teatro efectivo que no se hace mucho, a excepción de Cervantes" y que supone "otra vía de acceso al mundo de los clásicos".
"BOMBAS ESCÉNICAS"
A este respecto, García-Araus cree que si hasta ahora son tan desconocidos es porque existen muchos y además está "el prurito cultural de que los entremeses representan algo tosco y zafio que remite a las bajas pasiones y muestra personajes ruines. Parece un teatro difícil de defender", dice.
Eduardo Vasco asegura que estos entremeses son auténticas "bombas escénicas" que donde funcionan es en los escenarios y que están hechas, precisamente, "para dinamitar los escenarios".
A diferencia de los conocidos entremeses cervantinos que eran en prosa, estos otros son en verso. Por lo demás, presentan similitudes en su estructura, ya que primero se plantea una situación y en segundo lugar se resuelve. Sin embargo, Vasco apunta que mientras estas piezas barrocas se escenificaron de inmediato, las de Cervantes no, pues costó mucho verlas en escena.
Entre medias de las cuatro obras que se representarán, los directores responsables de las mismas han incluido los denominados "entresijos", para los que García-Araus se inspiró en fragmentos de los entremeses del 'Paloteado', 'Zapatero', 'Los Putos' y el 'Baile de los extravagantes'.
CUATRO MIRADAS
Los directores que se hacen cargo de este espectáculo, "el más fresco de la temporada", según Eduardo Vasco, ofrecen cuatro miradas en sus diferentes propuestas que se engarzan en la puesta en escena de José Luis Raymond, a modo de "caja mágica", y en un equipo artístico, mezcla de uno de los elencos y de la Joven Compañía.
Pilar Valenciano, que ha dirigido 'Los Degollados', eligió esta pieza de Calderón porque en ella el autor hace "un entremés de cuernos y a la vez trata el asunto del honor, tan habitual en sus obras". Esto fue una "sorpresa" para ella.
Por su parte, Héctor del Saz se ha decantado por otro Calderón con 'El toreador', que acude al conocido personaje de la época, Juan Rana, "una figura entrañable e histórica de gran relevancia y cuya ambigüedad sexual le valió la cárcel, de la que le sacó el propio Felipe IV", ha explicado. "Es una parodia del amor cortés que busca el divertimento del público", añade.
Elisa Marinas ha visto la estructura de los cortos de cine en 'El muerto, Eufrasia y Tronera', de Bernardo de Quirós y su propuesta se parece a "un cuento de hoy para adultos" invadido por "el amor, la magia y el rock & roll".
Mientras, Aitana Galán se ha hundido en un asunto que tiene una vertiente muy actual: "el del mundo masculino, el valentón y chulo que pega a las mujeres". 'El cortacaras' de Agustín Moreto lo trata con sentido del humor y su autor retrata muy bien el mundo del hampa, "de los macarras de la época", ha explicado. "Es una historia que sorprende por su contemporaneidad".