MADRID 27 Sep. (EUROPA PRESS) -
Los historiadores Colin Martin y Geoffrey Parker destruyen los mitos vigentes sobre el fracaso de Felipe II en su intento de invasión de Inglaterra y arrojan luz sobre nuevas conclusiones acerca de la flota española en el libro 'La Gran Armada' (Planeta).
La armada que viajó en 1588 para invadir Inglaterra estaba compuesta por más de 130 barcos, 2.431 cañones, 19.000 soldados, 7.000 marineros y casi un millar de aristócratas y sirvientes. Sin embargo, su capacidad de fuego era menor que la de los ingleses y su artillería era torpe e ineficiente, así que dispararon menos y no agotaron su munición.
El catedrático Geoffrey Parker, uno de los mayores conocedores de los siglos XVI y XVII españoles, ha destacado este martes, durante la presentación de este libro, que esta fue una de las causas del fracaso de la misión española, que no consiguió ninguno de los objetivos previstos y terminó con la ilusión del poder del imperio.
No obstante, el historiador es crítico con el monarca español y añade: "Conquistar Inglaterra era acertado, porque de esa forma se terminarían los problemas de Flandes. Sin embargo, no consultar, escuchar y debatir con los almirantes fue el verdadero fracaso de Felipe II".
LOS DESIGNIOS DE DIOS
A la luz de los nuevos informes, documentos y correspondencia consultada para este volumen, Parker ha explicado que la política de Felipe II era "mesiánica" y estaba "fundada en la fe". "Se creyó capaz de interpretar los designios de Dios", cuenta el historiador, e incluso en algunas ocasiones se mostraba "convencido" de que les enviaría "buen tiempo" para sus viajes.
"Para mí, una política fundada en la fe es una receta para el fracaso, aunque a veces se puede tener éxito. Sin embargo, al igual que sucedió en Estados Unidos con Bush, pensaba que hablaba con Dios en directo y fracasó", ha señalado.
"Él era el rey y, como tal, podía hacer lo que quisiera", argumenta el coautor de 'La Gran Armada'. Por ello, a pesar de que consultaba sus decisiones y de que en su mesa aparecían "muchos informes", tomaba sus decisiones "a solas", las cuales cambiaba a lo largo del tiempo, para locura de los espías ingleses.
Otro de los factores que menguaron la capacidad de la flota española fue el hecho de que los barcos transportaban provisiones para tan solo un mes, por lo que en varias ocasiones tuvieron que acercarse a la costa irlandesa. "Esto tuvo un desenlace fatal", añade.
Parker, autor también de una biografía sobre Felipe II, publicó en 1988 un libro dedicado a la Gran Armada. En esta ocasión, y gracias a nuevos proyectos de investigación, como el que llevaron a cabo ambos autores para una serie de televisión de la BBC y TVE, vuelven a analizar la batalla en un volumen con "el doble de tamaño" y material inédito que, asegura el historiador, "no se puede encontrar en ninguna parte".