LOS ANGELES 30 Abr. (Reuters/EP) -
"Era ambicioso, disciplinado y trabajador", afirma Kevin MacDonald, director de 'El último Rey de Escocia' y de 'Marley', un nuevo documental que se exhibe en un número limitado de cines de Estados Unidos y que está previsto que se estrene en el resto del mundo en las próximas semanas.
El director Kevin MacDonald ha disfrutado de una carrera prestigiosa tanto en documentales -'Un día de septiembre' y 'Touching the Void', entre otros- así como largometrajes como 'La legión del águila' o 'La sombra del poder'.
Para su última película, 'Marley', MacDonald, de 44 años, se fijó en la estrella jamaicana del reggae Bob Marley.
Nacido en 1945 en la ciudad jamaicana de Nine Mile, Robert Nesta Marley Booker pasó sus años de formación en los guetos de Kingston, donde se hizo músico. Sus raíces en los inicios del ska evolucionaron en el reggae cuando se hizo rastafari y se convirtió en una estrella internacional con éxitos como 'No woman no cry' o 'Jammin'.
Marley murió en 1981 de melanoma de cáncer, pero su música y su mensaje de paz vuelven a vivirse en el nuevo documental de MacDonald, que habló con Reuters sobre el violento encuentro con la muerte y los últimos años del músico.
"Una de las mayores equivocaciones sobre Marley empieza con la idea de que es sólo es un fumador de marihuana y un perezoso chico caribeño que no hacía casi nada. Y realmente, como se ve en la película, era ambicioso, disciplinado y trabajador", dijo MacDonald.
El documental también aborda el intento de asesinato que sufrió Bob Marley en Jamaica en 1976, cuando alguien le disparó dos días antes de su concierto 'Smile'. Después de aquello, el cantante se exilió a Reino Unido dos años, donde tras su encuentro con la muerte desarrolla una gran creatividad, escribiendo 'Exodus' y 'Kaya', en pocos meses.
Y finalmente sufre la llegada del cáncer y se niega a recibir tratamiento. "El tenía una sensación de invencibilidad. Creía que los rastas no mueren (...) Y era muy religioso", explica MacDonald.
"Creo que sabía que estaba realmente enfermo. No era estúpido. Sencillamente decidió ignorarlo y seguir adelante hasta donde pudiese", añade.
La película termina con el gran funeral de Marley en Jamaica, con innumerables muestras de dolor. "Marley era una parte del país, de Jamaica, y de alguna manera con su muerte, parte del país desaparece", dice el director. "No creo que exista otro país que esté tan identificado con un único individuo como Jamaica con Bob Marley".