MADRID 27 Mar. (EUROPA PRESS) -
El portugués remató en 2012 uno de sus proyectos más ambiciosos: 'Seasons', un álbum doble compuesto a lo largo de un año, pero en dos momentos anímicos completamente distintos. Los días 18 y 19 de abril estará en el Music Hall de Barcelona y en la Joy Eslava de Madrid, respectivamente.
Fenómeno de masas e ídolo comercial en Portugal, David Fonseca es un desconocido en la escena española, que ha realizado pocas incursiones en el país vecino en busca de artistas en los que indagar.
Músico desde adolescente, David Fonseca lideró la banda de pop Silence 4 a mediados de los 90 hasta que en 2003 decidió seguir en solitario. Desde entonces, ha publicado seis referencias, las dos últimas dentro de ese Seasons (Universal, 2012).
"En el resto de álbumes trabajaba haciendo canciones y luego trataba de juntarlas de la mejor manera posible. Seasons fue distinto, partiendo de una idea sencilla: marcar una fecha en el calendario, el primer día de primavera, y durante un año componer canciones a modo de diario y que al final pudiera ver pasar el año con música".
"Al final tenía dos discos, uno sobre la primavera y el verano y el otro sobre el otoño y el invierno", explica Fonseca durante una entrevista. Surgieron así Seasons: Rising y Seasons: Falling, dos discos en un único proyecto de sensaciones diametralmente opuestas.
"La primera parte la escribí mientras estaba de gira; era como subir una montaña, estaba muy ilusionado todo el tiempo con el proyecto. Después se acabó la gira y volví a casa y estuve allí durante seis meses".
Falling surge en esa suerte de resaca post-gira, que parece ser común a muchos músicos y que le llevó a unas canciones distintas a las de Rising. "El primero es muy festivo, mientras que el segundo está escrito en una atmósfera muy tranquila, muy melancólica".
Cerrado ahora el proyecto, Fonseca mira atrás y reconoce ciertos momentos duros en la elaboración del mismo. "Cuando empecé estaba muy contento con la idea, pero hacia el final me di cuenta de que componer durante un año entero era demasiado. Requiere mucha concentración no perderte en el proyecto", admite.
Las canciones, como muchas obras de arte, pueden llegar a ser objetos de los que uno no sabe cuándo desprenderse, cuándo poner el punto final y dar por terminada la creación. A ese momento en el que se decide rematar la obra y abandonarla se llega, sostiene el músico, con la práctica.
"Hay un momento en el que debes saber decir: no le puedo dar nada más a esto. Y eso te lo da la práctica. Cuantas más canciones haces, esa experiencia mejora", reflexiona el portugués, que dice no buscar "la perfección" en cada una de sus creaciones.
"Si solo tienes cinco canciones en tu vida seguramente quieras que sean perfectas, pero yo lo que busco es que expresen perfectamente lo que sentía en el momento en el que las hice. No que sea la canción más bella que exista, sino que capture lo que pensaba en un momento determinado".
Con dos conciertos programados en las dos grandes ciudades españolas por delante, David Fonseca admite cierta incertidumbre en su visita a España, pese a que no es la primera, ni será la última.
"En 2012 hice esta gira en Portugal y tuvo un gran éxito, la gente lo disfrutó porque es como un viaje, como contar una historia comenzando en un sitio y acabando en otro. Quiero ver cómo reacciona la gente en España, porque aquí se tiene una concepción distinta de mi carrera", señala.
Y es cierto, mientras en su país natal se le considera "un artista de la escena mainstream", en España Fonseca llega precedido por comparaciones con el británico Morrissey y, por qué no decirlo, de cierto halo indie.
"Creo que es porque en Portugal utilizamos herramientas mainstream para llegar al público y puede que aquí en España la escena indie sea más grande y más difícil llegar a ese punto al que hemos llegado en Portugal".
"Lo que define a la música es básicamente de dónde viene y qué le da a la gente. La música mainstream es aquella que va dirigida a gente que realmente no está interesada mucho en la música, que no le presta especial atención o que no se pasa todo el día escuchando música", considera.
"Por su parte, la música independiente la hace gente muy 'metida' en la música para gente muy interesada en la música. Gente que trata de saberlo todo, que trata de descubrir cosas nuevas. En cierto modo, la música mainstream es aquella que se escucha incluso si no quieres escucharla".
Pese al éxito del que goza en su país, David Fonseca no se considera a sí mismo un artista mainstream, pero tampoco indie. "En Portugal no tenemos una escena indie tan fuerte como la de España, si fuera un músico indie en Portugal probablemente no existiría, así que la única manera de estar en esto, trabajando a tiempo completo en la música, es encontrar un hueco en las herramientas mainstream".
Amante de clásicos como Elvis Presley, Roy Orbison o Jeff Buckley, el músico describe la escena portuguesa como la de "un país muy pequeño en el que se puede escuchar todo tipo de estilos". "Tenemos fado, rock, soul, rap, gente cantando en inglés, en español y en francés, tenemos el jazz... lo malo es que la industria, ni la indie ni la mainstream, tiene el dinero o los medios para apoyar más proyectos".
"Cuando empecé en solitario hace diez años había cinco proyectos nuevos cada mes en un solo sello, ahora es muy difícil que los nuevos artistas lleguen al público, porque no hay medios. Internet es bueno en este sentido para algunas cosas, pero si quieres llegar a algún sitio donde alguien pueda verte tienes que invertir en ello", recalca.
Como muchos otros portugueses, Fonseca se reconoce poco ducho en el panorama musical español, aunque reconoce ciertos nexos de unión con el portugués en la variedad de estilos que se pueden encontrar.
"Y nos une también el hecho de que no hemos encontrado la manera de hacer un 'crossover' entre nuestras músicas. Somos vecinos, trabajamos uno al lado del otro, pero en el circuito portugés no se ven bandas españolas ni aquí se ven bandas portuguesas. Yo creo que deberíamos intentar que el mercado musical fuera Iberia y no Portugal y España por separado".
Para superar ese escollo, Fonseca cierra la entrevista con algunos de los que considera imprescindibles de Portugal: Rita Red Shoes, Sean Riley and the Slowriders, Deolinda Dand y Luisa Sobral.