MADRID 26 May. (EUROPA PRESS) -
Más de 38.000 personas se reunieron este viernes en el Auditorio John Lennon de Getafe para asistir a la primera de las dos jornadas del Sonisphere Festival, al reclamo de bandas como Soundgarden, The Offspring, Limp Bizkit, Paradise Lost o Machine Head, entre otras muchas. A pesar de las altas temperaturas registradas en Madrid desde primera hora de la mañana, con los termómetros marcando más de 30 grados, el goteo de gente entusiasmada con el panorama fue constante desde la apertura de puertas a las cinco de la tarde.
Aún bajo la luz del sol salieron Limp Bizkit a escena para tocar canciones como 'Break Stuff', 'My generation', 'My way', 'Take a look around', el 'Faith' de George Michael en plan burrote y una 'Rollin' totalmente desparramante con todo el personal pegando botes y asintiendo dando su beneplácito. Son estos malos tiempos para el chándal metal que asoló el planeta hace algo así como una década, pero tan potentes fueron aquellos años que lograron dejar un importante poso en la gente. Un poso de esos que se reactivan en un segundo. Como tirar un pitillo encendido en el suelo de una gasolinera.
Turno después para el punk rock festivo de The Offspring en el escenario principal. Aunque se limiten a cumplir lo tienen fácil para ganar puesto que cuentan con un repertorio divertido que en formato festival gana en frescura y pegada. La multitud recibió con cierto salvajismo canciones como 'Come out and play', 'Bad habit' o 'Why don't you get a job?'. Hubo hueco durante su hora de concierto también para temas como 'Pretty fly (for a white guy)', 'All I want' o 'The kids aren't alright', entre otras, todas recibidas con alboroto y gozo por una concurrencia que enloqueció definitivamente con 'Self esteem', el gran éxito atemporal de los americanos.
Recientemente reunificados, Soundgarden están actualmente trabajando en su próximo disco, el primero en quince años, cuya edición está prevista para otoño. Pero eso no le importa demasiado en Getafe a un público que busca básicamente viajar en el tiempo hasta aquellos años en los que era el grunge lo que dominaba las radiofórmulas. 'Searching with my good eye closed', 'Spoonman' y 'Jesus Christ pose' abrieron la tanda de los de Seattle con un sonido compacto, como si el tiempo no hubiera pasado por ellos, con esos riffs hipnóticos en plan Led Zeppelin y Black Sabbath pasados por el tamiz del descontento noventero, ahora más vigente que nunca, pero diferente.
Clásicos como 'Fell on black days' o 'The day I tried to live' despegaron fácil pero demostraron también otra cosa: el grunge a estas alturas no está hecho para festivales del siglo XXI y mucho menos para sonar después de la feliz algarabía de Offspring. Densos como siempre, es fácil dejarse llevar por la letaína guitarrera de Kim Thayl y los aullidos de Chris Cornell y suenan 'Outshined', 'Rusty Cage' y la enorme 'Black hole sun', a partir de la cual ya no son pocos los que comienzan a desfilar dando por finiquitada la noche.
Queda tiempo todavía para un par de temas más, la nueva 'Live to rise' y 'Slaves & Bulldozers', en un concierto de ejecución perfecta pero más disfrutable en una sala o pabellón en exclusividad que en un festival. En cualquier caso, Sonisphere Festival prosigue hoy con una segunda jornada en la que se espera una mayor afluencia de público gracias al tirón de formaciones como Metallica, Evanescence, Slayer, Within Temptation o Mastodon, entre otros.