MOSCÚ 13 Sep. (Reuters/Ep) -
El primer ministro ruso, Dmitry Medvedev, aboga por la liberación de las tres integrantes de la banda de música punk Pussy Riot, condenadas el mes pasado por blasfemar y proferir insultos contra Vladimir Putin en una catedral de Moscú.
Gobiernos occidentales y estrellas de la múscia como Madonna criticaron la condena de dos años de prisión como excesiva y el abogado de las jóvenes Nikolai Polozov dijo que los comentarios de Medvedev indican que el Gobierno estaba preocupado por el nivel de censura al que se ha enfrentado.
"Una sentencia suspendida, considerando el tiempo que ya han pasado (en prisión), sería suficiente", dijo Medvedev en comentarios en televisión.
Las palabras de Medvedev, quien fue presidente de Rusia durante cuatro años hasta el pasado mayo, parecieron dirigirse a cuestionar el tiempo de la condena, algo que también han criticado grupos nacionales de defensa de los derechos humanos, rusos liberales y opositores del presidente Putin.
Nadezhda Tolokonnikova, Maria Alyokhina y Yekaterina Samutsevich fueron declaradas culpables de vandalismo motivado por odio religioso el 17 de agosto, después de que interpretaran una canción criticando a Putin, entonces primer ministro, en la principal catedral de Moscú en febrero.
Llevan en prisión desde marzo y su apelación contra el veredicto y la condena de dos años en prisión debe comenzar el 1 de octubre.
Polozov, abogado de las mujeres encarceladas, dio la bienvenida a los comentarios de Medvedev: "Vemos que la retórica está cambiando. Las autoridades, en la postura de Dmitry Medvedev, se han dado cuenta de que esta historia ha ido demasiado lejos".
Medvedev habló en una reunión en la ciudad de Penza, al sureste de Moscú, con miembros del partido Rusia Unida, cuyo liderazgo heredó de Putin en mayo.
Señaló que muchos rusos consideraron la protesta de las Pussy Riot como ofensiva y enfatizó que sólo estaba expresando su opinión personal y que no busca influir en el caso.
Un sondeo realizado después del veredicto por la agencia rusa Public Opinion Foundation mostró que un 53 por ciento de los rusos cree que la sentencia de dos años fue justa y un 27 por ciento dijo que era injusta.