Foto: IM AN ARTIST
MADRID, 25 Ene. (EUROPA PRESS - Miguel Martorell)
Planea sobre el nuevo disco del asturiano cierta sensación de pérdida, la del hombre que se ilusionó y luego fracasó o fue derrotado. De la zona sucia de Nacho Vegas surgen una colección de 11 canciones que se mueven entre la luz y la sombra, pero que, en conjunto, dejan muy buen sabor de boca.
Haga el lector retrospectiva y vuelva dos años atrás, a la publicación de El Manifiesto Desastre. Aquel álbum tendría que haber empezado con la canción que lo cerraba (Morir o matar) y haber acabado con la que lo abría (Dry Martini). Fue, como explica el asturiano en una entrevista con Europa Press, "un viaje a la inversa".
"Dry Martini hablaba de encontrar algo nuevo e ilusionante con una relación. En estos dos años ocurrió todo lo que podía ocurrir en una relación: un montón de picos y de momentos de estar muy arriba y muy abajo; acabar perdiéndolo todo y acabar solo. Ese es el camino que está presente en el disco".
Planea sobre las 11 canciones "una sensación de pérdida", señala el asturiano, que ha bautizado el álbum como llaman en la Fórmula 1 a ese lugar lleno de impurezas que ralentiza la velocidad. La zona sucia es sin duda el lugar dónde Nacho Vegas (Gijón, 1975) se asoma a buscar sus canciones.
"La inspiración la encuentro en los sentimientos extremos y, generalmente, en los sentimientos duros. Esos son los que hacen que te cuestiones las cosas, los que me empujan a hacer canciones", señala el asturiano, que agrega: "La felicidad es algo que requiere no cuestionarse mucho las cosas y eso hace que no salgan canciones".
Ahora bien, "cuando partes de ese tipo de sentimientos, las canciones tienen que combatirlos, no regocijarse en ellos, porque nadie quiere hacerlo". Puede que por ello La zona sucia sea el disco más luminoso de Vegas, experto como ningún otro en ahondar en lo más sórdido de la naturaleza humana.
ARROJAR LUZ SOBRE LAS SOMBRAS
"Hay canciones más luminosas y otras más oscuras", dice el cantautor, que no sabría decir todavía si este es su disco más optimista: "Creo que las canciones más pesimistas tienen que acabar teniendo un punto de esperanza, tienen que arrojar un poco de luz".
"Las canciones se nutren de contrastes, de luces y de sombras. En ese sentido, los discos no son ni tristes ni alegres, optimistas o pesimistas, sino una mezcla de sentimientos que hacen que sean difíciles de explicar".
Lo que sí es seguro es que es su disco con las canciones más directas y sencillas. Reloj sin manecillas es, como reconoce, la canción más corta que ha compuesto, un tema que cobra sentido por el contraste entre estrofa y estribillo.
"Tenía la sensación de que en el Manifiesto desastre y en anteriores discos había cierta complejidad, que las canciones eran un poco retorcidas. En éste quería sintetizar un poco más el concepto de canción pop", explica Nacho Vegas, que utiliza mayoritariamente la primera persona para dotar al disco de "un tono confesional".
No espere sin embargo una autobiografía. "Hay mucho de mí en el disco, porque las experiencias propias o lo que observas desde la primera fil son la materia prima, pero a la hora de hacer canciones tienes que transformar esas experiencias, distanciarte de ellas. Lo importante es que haya verdad en esas canciones y eso puede pasar por hacer, de la realidad, ficción".
"Todos los discos son colecciones caóticas de canciones, un intento -a veces un poco estúpido, pero a veces necesario- de intentar ordenar cierto caos vital. Haciendo canciones, ordenándolas, secuenciándolas y poniéndolas en el mismo disco intentas constatar ese caos y buscar cierta armonía".
No obstante, no es un ejercicio terapeútico, porque, asegura, las canciones no tienen finalidad ni función. "No sirven para nada, no te llevan a una respuesta, te llevan a nuevas preguntas. Pero son preguntas que te tienes que hacer. Los discos son principio y fin en sí mismos y eso también es lo bueno: si tuvieran una finalidad práctica, no molarían tanto".
LO PURO Y LO ASTURIANO
De los 11 cortes de La zona sucia -había 15 canciones, pero descartó algunas de ellas en pro de la unidad y puede que vean la luz en un próximo EP, señala- Vegas destaca en varias ocasiones y por distintos motivos Taberneros, la canción que más trabajo le llevo, la que vertebra el álbum y quizá "la más emblemática" del mismo.
"Está hecha con frases que salen de canciones y de poemas tradicionales asturianos, muy sencillas, muy puras. Ese es el tono que cogí para el disco", afirma el artista, que en los últimos años se ha acercado al cancionero tradicional asturiano. Las melodías y los instrumentos de su último disco le delatan.
"Lo que me atrae de esas canciones es que hay algo muy natural, muy puro y espontáneo. A veces te sorprendes escuchando melodías que no se te ocurrirían para una canción y son melodías que se transmiten de generación en generación y que están en el ser humano de forma natural. Ese grado de pureza es el que me gustaría preservar en mis canciones", confiesa.
Quizá sea eso lo más difícil de hacer canciones, "procurar hacerlas igual que cuando hacías las primeras, cuando no sabías si ibas a publicar un disco", con esa inocencia. "Es algo que no tienes que olvidar, es una condición sine qua non para que las canciones fluyan por sí solas", considera.
"LA INDUSTRIA SE HA BUSCADO LA CRISIS"
Nacho Vegas publica La zona sucia con Marxophone, un sello tras el que se encuentran artistas como Fernando Alfaro o Refree y que significa, sencillamente, la autoedición. La diferencia fundamental a su experiencia anterior con Limbo Starr es una cuestión de propiedad, alega el asturiano, que lanza el álbum bajo licencia Creative Commons.
"La diferencia fundamental es que cada grupo posee el máster de su disco y es dueño de lo que se haga con él", señala, al tiempo que defiende su idilio de una década con Limbo Starr, que siempre han tratado "con mucho mimo y cariño" los discos de Vegas. "Lo que pasa es que fue como una relación, al final se va desgastando", apunta.
Para el artista, "la autoedición es la alternativa a esta gran industria que se está viniendo abajo por no haber sabido adaptarse a los nuevos tiempos y por haber despreciado a la música durante tanto tiempo". "Han querido alimentar un monstruo y ha llegado el momento en el que no tenían con qué alimentarlo".
Nacho Vegas ve Marxophone como un "paso natural" en su carrera y se alegra de la crisis en la industria porque "será bueno para la escena". "La música está mejor que nunca y la crisis le hace bien porque pone las cosas en su sitio y porque la industria ha sido la gran enemiga de la música en muchos aspectos".
La zona sucia se publica en formato CD y en formato Vinilo+CD el 14 de febrero.