MADRID 27 Abr. (EUROPA PRESS) -
La soprano sueca Nina Stemme, conocida por ser una de las intérpretes dramáticas más interesantes del panorama actual, explica que "una carrera puedes crearla en diez años y estropearla en una noche".
La artista escandinava cree que falta "interés político" por la cultura y que los políticos se interesan más por Eurovisión que por la ópera. En su propio país, no existe "una buena gestión cultural", señala Stemme, que subraya que ni siquiera los periódicos dedican espacio a la ópera o a la cultura en general.
"El marketing es importante para dar a conocer este género y los medios de comunicación deben estar implicados en esta tarea", declara la soprano que debuta en el Teatro Real con un concierto dentro del ciclo Grandes Voces compuesto por un programa dedicado a Wagner y Strauss.
Stemme confiesa sentirse "más mimada y querida" como artista fuera de Suecia. "En España me siento como en casa", declara, recordando que estuvo aquí hace once años para participar en un concierto radiofónico. "Tengo un público honesto y maravilloso pero relativamente pequeño. Y esto me va bien porque puedo ser yo misma", afirma Stemme.
En su visita al coliseo madrileño estará acompañada por la Orquesta Sinfónica de Madrid, dirigida por Jesús López Cobos. Un concierto que servirá de preludio a su intervención la próxima temporada en el papel titular de la ópera 'Salomé'. La artista interpretará las cuatro últimas canciones de Richard Strauss ("muy difíciles técnicamente", dice) y la inmolación de Brünnhilde de 'El ocaso de los dioses' de Wagner, un personaje que debutará dentro de dos temporadas en La Scala de Milán junto a Daniel Barenboim.
Por su parte, López Cobos completará este programa con la interpretación de la suite orquestal de 'El caballero de la rosa' de Strauss y Preludio y Encantamiento del Viernes Santo de 'Parsifal' de Wagner. La soprano, que siempre se ha caracterizado por haber cuidado en extremo su voz y haber sido muy selectiva con los papeles que interpreta, asegura que "una carrera puedes crearla en diez años y estropearla en una noche".
Wagner y Strauss son los dos compositores a los que ha dedicado mayoritariamente sus esfuerzos desde que ganara en 1993 los concursos Operalia y Cantantes del Mundo de Cardiff. "Verdi es el alma de la ópera, Wagner va más allá, trata las relaciones humanas, me encantan y son un reto importante", afirma.
Sobre su relación con los directores de escena, Stemme confiesa que naturalmente "hay límites", pero que lo que desea en escena es sentirse "libre" y conseguir que el público no se entere de esos límites. Asimismo, respecto a la actualización de las puestas en escena, la soprano sueca opina que no tiene nada en contra, si bien considera que "debe hacer un motivo detrás" para hacer esa actualización.
Al hilo de esto, se refiere a la puesta en escena de 'Salomé', que Robert Carsen dirigirá en Madrid la próxima temporada, de quien elogia su inteligencia, lo que le permite "confiar" en él. Su preparación del personaje de Salomé le ha llevado a leer numerosos textos sobre ella y especialmente dice estar interesada por la visión que otras mujeres tienen de este "personaje fascinante".
Finalmente, en cuanto a la incidencia de la crisis mundial en los cachés de los artistas, Nina Stemme, dijo haber sido testigo de "algunos signos". "Es una situación terrible que está afectando mucho a la cultura y habrá que ver qué pasa en el futuro. Nuestros contratos ya están firmados pero debemos ir paso a paso", dice, señalando que en Estados Unidos la situación es "aún peor" porque allí existe mucho patrocinio privado.