LOS ÁNGELES 27 Mar. (Reuters/EP) -
Ni la música ni la controversia cesan para la Reina del Pop. Con 53 años ha vuelto a la palestra con 'MDNA', un álbum que muestra que su idilio con el dance continúa y su espíritu de provocación sigue intacto, como aquella Madonna que hace 25 años causaba escándalo con sus temas sobre sexualidad y rebelión juvenil.
El título del disco, 'MDNA' - alusión a la sustancia MDMA o éxtasis - ha armado revuelo, mientras que el vídeo musical del segundo single, 'Girl Gone Wild', ha sufrido un revés en YouTube al restringirse para menores de 18 años.
El vídeo, grabado en blanco y negro, muestra a la cantante contorsionándose y frotándose con hombres ligeros de ropa, en un estilo similar a sus días de 'Erotica', cuando el video de su canción 'Justify My Love' fue prohibido por la MTV en 1990.
Madonna ha dicho que el título de su duodécimo álbum de estudio une tres cosas: una reducción de su nombre, una abreviación de 'Madonna DNA' y una referencia al éxtasis y a la euforia que a menudo experimentan quienes lo usan.
Pero algunos críticos musicales no se han emocionado pese a que Madonna ha reclutado a un destacado grupo de productores de música de baile, incluido el DJ Benny Benassi, el dúo electro-pop LMFAO y a su productor ganador de un Grammy por 'Ray of Light' William Orbit.
Randall Roberts, de 'Los Angeles Times', dio al disco dos de cuatro estrellas, diciendo que no "ofrece mucho en lo que respecta a innovación" y que la cantante "ya no marca el ritmo de un género que esencialmente inventó".
Las canciones están unidas con golpes de bajo y melodías de sintetizador en canciones dance como 'Gang Bang' y 'Girl Gone Wild', donde la matriarca de la música pop canta en sus letras cosas como 'Sé que las chicas buenas no se portan mal, no se portan mal, pero de todos modos soy una chica mala'.
'Falling Free' es uno de los pocos temas que rompen el ritmo de baile del álbum y ha sido descrita por el crítico de 'Billboard' Caulfield como una "balada preciosa".
La cantante no deja a un lado su vida personal, con letras como: 'Intenté ser tu mujer, haciéndome más pequeña, y me tragué mi vida', en 'I Don't Give A', con el rapero Nicki Minaj, considerada una alusión a su matrimonio fracasado con el director británico Guy Ritchie.
Alexis Petridis, del británico 'The Guardian', dio al disco tres de cinco estrellas, calificándolo como "más de lo mismo" de la estrella del pop. "Lo que sorprende no es tanto que Madonna aún esté con nosotros, sino que lo siga haciendo de esta manera, como una presencia dominante en el centro absoluto del pop, un género de música de lo más caprichoso y cambiable".