NUEVA YORK 9 Ago. (Reuters/EP) -
Una revista estadounidense ha identificado a la misteriosa mujer que aparece besando al cantante Elvis Presley en una escalera detrás del escenario de un teatro en una famosa fotografía allá por el año 1956.
Bárbara Gray, de 75 años y residente en Charleston, S.C., ha dicho a 'Vanity Fair' que no ha revelado su identidad a cambio de dinero o fama, sino que "simplemente quería tener mi nombre en la maldita foto".
Gray, además, admitió que se está cansada de que se dirijan a ella como la "mujer desconocida entre bastidores" con un joven Elvis en el hueco de una escalera en el Mosque Theater de Richmond, Virginia.
El fotógrafo Alfred Wertheimer no le preguntó su nombre a la mujer cuando tomó la imagen y ella tampoco se lo contó nunca. Cuando, a principios de 2010, en la cobertura de un periódico sobre una exhibición del fotógrafo en el Smithsonian de Washington, este aparecía frente a una fotografía llamada 'El Beso', Gray se decidió a buscar a Wertheimer en Facebook y le envió un mensaje.
"Yo soy la chica. 'El beso'. Tengo una buena historia para usted", le dijo. Pero Wertheimer, que ya había escuchado a muchas mujeres decir que ellas eran la de la foto, al principio no le respondió. La confesión de Gray salió por la radio y finalmente halló un lugar en 'Vanity Fair', que verificó la información.
Si bien las fotos de Gray de mediados de los cincuenta eran casi exactas a la imagen de la joven mujer en la foto y sus recuerdos sobre el momento y el lugar eran correctos, el factor decisivo fue su altura. Mide apenas 1,50 metros, la misma estatura que la mujer de la fotografía.
"Dios, es hermoso", admitió Gray que fue lo que pensó cuando conoció a Presley, que entonces tenía 21 años, en su hotel en Richmond. Pero también lo encontró "algo inseguro", con un acento que lo hacía sonar como "un tipo tonto del campo".
Después de acompañarlo al concierto, Gray y Presley se besaron en la escalera. Más tarde se encontró en el compartimento de Elvis en un tren con destino a Nueva York. Cuando una voz le informó a Elvis que su tren se iba, Gray dijo: "Yo también". Y ahí terminó su historia y comenzó el misterio.