MADRID 25 Mar. (EUROPA PRESS) -
'Argán' es el nombre de un árbol que sólo crece en determinadas zonas de Marruecos y del que se extrae un aceite único. Pero no es sólo eso. También es el título del nuevo disco de Revólver, claramente influenciado por la relación casi mística que une a su líder con la ciudad de Marrakech desde hace unos años. De este descubrimiento surge un disco diferente y que, según afirma Carlos Goñi no sin cautela, "junta rock con música magrebí" como "jamás" se había hecho antes.
"Hace como diez años que empecé a escuchar raí y lo incorporé a mi bagaje cultural personal. Desde pequeño tengo tres ciudades que me fascinan, que son Marrakech, Samarkanda y Damasco, por sus nombres evocadores, y hace tres años fui a Marrakech y nada más quedar quedé fascinado. Desde entonces he vuelto a esa ciudad como 16 veces. No me voy a vivir allí por una cuestión de logística, pero lo haré sin duda en algún momento, aunque sea una temporada", explica Goñi a Europa Press.
Con indisimulada ilusión prosigue rememorando que cuando llegó a Marrakech por primera vez quedó "impactado por la luz, como le sucede a todo el mundo", pero después apostilla que lo que más le gustó fue una "gente cariñosa, dulce y educada como no he conocido nunca, la menos egoísta". Por eso critica que últimamente los españoles tengan "dos nucas y den la espalda a los vecinos del norte y a los del sur". "Esto no puede seguir así, por nosotros, porque nos lo estamos perdiendo", ha destacado.
Resalta, asimismo, que este disco, a la venta desde el 29 de marzo, está "hecho bajo el respeto y la admiración", y plantea, "aunque suene un poco egocéntrico, que esto no se había hecho antes y jamás se había juntado el rock con la música magrebí de esta manera, con todos estos instrumentos". Lo piensa un instante e insiste en que "esto no es world music, esto es rock" y es el resultado de un trabajo de casi cuatro años.
"No se trataba de juntarlo y ya está, sino de encontrar donde estaba el puente entre las dos cosas, y cuando descubrí que había unas cuantas notas en la escala de blues que se comparten con la árabe, por ahí me colé. No me gusta decirlo pero, con toda la humildad, he abierto una puertecita", defiende el músico.
"NO HAGO DISCOS PENSANDO EN EL PÚBLICO"
Acerca del recibimiento que sus seguidores puedan hacer del álbum, ha asegurado que no puede hacer discos "pensando en el público", y ha añadido que "no hay mayor muestra de honestidad que hacer los discos sin pensar en el público, sino según lo que dicta el corazón". Según ha dicho, "al final el público es el que decide qué es un éxito a nivel comercial", pero ha remachado que "a nivel artístico" lo decido él.
Obviando el éxito a nivel artístico, Goñi ha reconocido que los músicos "desde luego que no" pueden ya vivir de vender discos, pero ha afirmado que "merece la pena" seguir ofreciendo un producto atractivo, con buen diseño y bien empaquetado. "Por lo menos que nos quede a todos la sensación de que venderemos lo que tengamos que vender, pero hemos hecho un trabajo acojonante y que nos sintamos orgullosos de ello", ha subrayado.
En esta línea, ha señalado que a pesar de todo este es el disco con "menos presupuesto" de toda su carrera, al tiempo que ha avisado de que "el artista que no entienda que estamos en un momento duro lo tiene fatal". Como única receta ante esta adversidad ha recomendado "pasión, pasión y pasión", para después plantear que fórmulas como Spotify no van a funcionar en España porque "aquí no nos gusta alquilar, nos gusta tener".
Goñi ha adelantado que la nueva gira empieza el 30 de abril en San Fernando (Cádiz) y se extenderá seguramente hasta todo 2012. Aparte de abarcar toda España, pretende tocar en Marruecos "de la manera que sea", y anticipa que a raíz de lo que está sintiendo en los ensayos previos, esta puede ser "la gira más dura de todas" las que ha hecho "a nivel de sonido".
REVUELTAS EN EL NORTE DE ÁFRICA
Sobre las revueltas en el norte de África, ha defendido que "cualquier pueblo tiene derecho a elegir". "Una muestra perfecta de cómo tienen que ser las cosas es lo que pasó en Egipto. El día que vi a los militares diciendo que no dispararían contra su pueblo se me cayeron dos lagrimones ante el televisor. Eso fue una torta en la cara a todo occidente", ha argumentado.
En su opinión, occidente no aprende de los errores de Yugoslavia o África. Por eso explica que lo que le preocupa es que occidente "intente apoyar estas revoluciones" pero desde su punto de vista, algo que "es un error", porque más allá de los derechos humanos o la igualdad de género, "el concepto de democracia que tenemos nosotros no tiene por qué valer para ellos".
Por último, ha reconocido que con la situación en Libia se queda "flipado", puesto que "nadie ha dicho cual es la acción como tal, observar, no, destruir, qué, para qué". "¿Van a coger a Gadafi? Nadie ha marcado un rumbo claro, y nadie sabe nada. ¿De qué va esto? Demasiado complicado", ha sentenciado.