Walker retrata la pasión por la música y el rock de un coro de ancianos en el documental 'Corazones rebeldes'

Actualizado: viernes, 28 noviembre 2008 15:49

MADRID, 28 Nov. (EUROPA PRESS) -

El director británico de películas para televisión Stephen Walker retrata en el documental 'Corazones rebeldes' la pasión por el rock de Young@Heart, un coro formado por un grupo de mayores de entre 70 y 90 años, que viven en New Hampton (Massachusetts), y que desde hace unas décadas hacen giras por todo el mundo con sus espectáculos.

Walker señaló hoy en Madrid que fue su mujer la que le habló por primera vez de este coro y, a pesar de reaccionar con cierto escepticismo, cambió de opinión cuando les vio actuar en el Lyric Theatre de Londres, donde presentaron su espectáculo 'Road to Nowhere'.

"Cuando vi a Eileen Hall, una nonagenaria de origen británico cantar a grito pelado 'Should I stay or should I go', de los Clash y ver cómo todo el público cantaba y se emocionaba con ella, me di cuenta de que había encontrado una forma novedosa de hacer un documental sobre gente mayor", apuntó.

Walker puntualizó que "no quería hacer una película sentimentaloide sino arraigada en la realidad de la gente mayor". "De hecho, en el film hay momentos duros como las enfermedades que padecen o la muerte de dos miembros del coro, durante el tiempo en que estuvimos rodando y eso no se ha obviado".

EL ROCK NUNCA MUERE

Para el director, "lo maravilloso de esta gente es que ha decidido pasarse los últimos años de su vida cantando y vive alentada por su sentimiento de permanencia al coro y disfrutando de cada segundo de vida que les quede".

Por otro lado, Walker señaló que decidieron hacer una mezcla poco usual de documental y vídeos musicales interpretando canciones como 'I wanna be sedated', de los Ramones, o 'Styaing alive', de los Bee Gees.

La sinceridad ante la cámara de este grupo de personas fue el fruto de muchas semanas previas al rodaje en las que el director trabó amistad con todos ellos así como con el director del coro, Bob Cileman.

"Cileman no es para nada un trabajador social --aclaró--, sino un hombre hippy de 53 años, un tanto enigmático, que trataba a todos sus miembros con una dureza profesional y con la certeza de que estas personas mayores están realizando una aportación única a la música rock".

Walker explicó que el director del coro empezó en 1982 con gente que había vivido la I Guerra Mundial y que después de unos años se les acabó el repertorio de canciones de su época. "Cileman decidió que podían cantar canciones de ahora, que ellos no conocieran porque, de esta forma, no tratarían de imitar al cantante, y conseguirían transmitir una emoción distinta y nueva; un reto que les mantendría vivos", finalizó.