MADRID 25 May. (EUROPA PRESS) -
El ciclista español del Movistar Team Beñar Intxausti ha reconocido que en ningún momento ha "pensado en tirar la toalla estando tan cerca de Milán", pese a haber alcanzado la línea de meta de la decimonovena etapa del Giro de Italia a 40:42 minutos del vencedor Roman Kreuziger (Astana), perdiendo así cualquier opción de concluir la ronda transalpina entre los diez primeros de la general.
"Estamos ya en el penúltimo día del Giro y me ha pasado factura un poco todo. La acumulación de esfuerzos, la fatiga, el resfriado que llevo arrastrando más de una semana y que tampoco ayuda. La verdad es que he tenido un mal día. Ayer ya vi que estaba muy cansado y hoy, también", reflexionó sobre la 'pájara' sufrida.
El ciclista vizcaíno dijo que fue en la subida "al Manghen" donde "la carrera" adquirió un mayor ritmo, momento en que vio que "no podía aguantar más". Pese a haberse "quedado a 100 kilómetros de meta", Intxausti dijo que "no" había "pensado en tirar la toalla estando tan cerca de Milán".
El corredor de Movistar reconoció que le resultó "una sensación extraña estar en el grupo de los sprinters" después del buen trabajo que "había hecho estar tres semanas". "Así son las carreras. Pese a lo de hoy, creo que tengo que estar satisfecho del Giro que he hecho", agregó.
Y es que en su "primera participación", el vasco es consciente de que "quizás" haya "pagado" su "inexperiencia". No obstante, pese a este último jarro de agua fría, Intxausti dijo que le había "gustado mucho la carrera". "Su dureza, el recorrido, el ambiente", explicó.
"Para el futuro me vendrá bien este Giro porque estoy seguro de que repetiré aquí algún año. Mañana queda una etapa durísima. Hoy han sido casi siete horas, otra más de traslado al hotel. Veremos cómo nos levantamos y si nos queda algún gramo de fuerza para pasar el día", concluyó.