Actualizado: domingo, 28 agosto 2016 16:51

MADRID, 28 Ago. (EUROPA PRESS) -

El piloto alemán Nico Rosberg (Mercedes) se hizo este domingo con su sexta victoria de la temporada en un accidentado Gran Premio de Bélgica, decimotercera prueba del calendario del Mundial de Fórmula 1, en el que Fernando Alonso (McLaren) fue séptimo y Carlos Sainz (Toro Rosso) tuvo que abandonar.

Con este resultado, el de Wiesbaden, que se mostró ajeno a todo lo que ocurría tras de sí, logró igualar en triunfos este curso a su compañero y actual líder del campeonato, el británico Lewis Hamilton, al que también recortó distancias en el mismo colocándose con 223 puntos, a nueve del primer puesto, en 232 unidades.

Una carrera que supuso un auténtico caos ya que desde el inicio se pudieron observar numerosos toques entre monoplazas y salidas de pista, aunque lo que supuso un antes y un después en la misma fue el grave accidente que sufrió Kevin Magnussen (Renault) quien, tras perder el control de su coche, chocó con fuerza contra uno de los protectores en la salida de la curva de Eau Rouge.

El piloto danés impactó con la parte lateral trasera de su vehículo de tal forma que saltaron del mismo los protectores así como el 'HANS' -especie de collarín diseñado para evitar graves lesiones en la cabeza del conductor-. A pesar de todo, Magnussen salió por su propio pie y, tras pasar por el hospital, su equipo comunicó que posee un pequeño corte en el tobillo.

Sin embargo, dentro de la locura que reinó en Spa, el tricampeón del mundo también sacó provecho y subió al tercer cajón del podio detrás de Daniel Ricciardo (Red Bull) después de partir desde la penúltima posición de la parrilla de salida tras ser penalizado por realizar cambios de motor en su monoplaza.

Una épica remontada que pudo serlo aún más de no haber cometido un error en uno de los 'pit stops' que fue más lento de lo normal y le impidió quizás inquietar a Ricciardo. En el bando perdedor, los dos Ferrari, lastrados por su inicio, y el joven Max Verstappen (Red Bull), también perjudicado en la primera curva.

Por su parte, Fernando Alonso hizo lo propio teniendo en cuenta el nivel de su monoplaza y, a pesar de salir desde la vigésimo segunda y última posición de la parrilla, finalizó en un séptimo puesto que supone seis puntos más en un campeonato en el que se coloca con 30 unidades al igual que Carlos Sainz (Toro Rosso), que tuvo que abandonar.

El asturiano firmó una positiva salida que le acercó al 'top 10' y llegó a rodar en la cuarta posición. Tras la reanudación de la carrera, no pudo contener ni a Hamilton, ni a los Force India ni a Sebastian Vettel, pero se quedó con una más que valiosa e inesperada posición. Toda la suerte que tuvo el bicampeón del mundo no la tuvo Carlos Sainz, que tras situarse en la zona de puntos al inicio de la carrera, tuvo que abandonar tras un pinchazo que terminó por dañar severamente su alerón trasero.

LOCURA DESDE EL INICIO

El inicio de la carrera avisó de lo que esperaba en Spa. Numerosos toques y salidas de pista en las que se vieron envueltos la gran mayoría de coches, siendo los más perjudicados los Ferrari de Kimi Raikkonen y Sebastian Vettel, quienes tuvieron que acudir de inmediato al 'pit lane' para arreglar los desperfectos, y Max Verstappen.

El holandés vio también como el alerón delantero de su coche se veía perjudicado por el toque entre los dos bólidos de la 'Scuderia' ya que fue desplazado hacia la parte izquierda del trazado en un espacio en el que no había cabida para tres vehículos.

Todos estos percances beneficiaron a Alonso que, tras salir desde la última plaza de la parrilla de salida y con una estrategia diferente (neumáticos medios), fue escalando posiciones hasta colocarse en cuarto lugar. También favoreció a Carlos Sainz, pero el madrileño se topó con la mala suerte y un pinchazo terminó por arruinar sus opciones en la carrera.

Quien también salía desde la cola de la parrilla era Lewis Hamilton penúltimo, y al que los diversos accidentes dados en las vueltas iniciales de la carrera hicieron que ascendiese hasta la quinta posición para erigirse como una gran amenaza para la cabeza de carrera.

Y la suerte le sonrió al líder del Mundial cuando Kevin Magnussen sufrió su fuerte accidente. Dos vueltas más hicieron falta para que los comisarios decidiesen mostrar la bandera roja ya que fue necesario retirar con grúa el Renault del danés, que había dejado a su vez numerosas piezas y marcas en el asfalto de Spa.

Esto abrió una nueva carrera. La suspensió fue aprovechada por los pilotos para cambiar unos neumáticos que, por las características de la pista, no parecían durar demasiado y provocaban un caos de estrategias en los diferentes equipos.

El Gran Premio de Bélgica se reanudó diez minutos más tarde con los coches en el 'pit lane' detrás del 'safety car'. Una vez este se marchó de pista, comenzaron los sucesivos ataques en la parte alta de la prueba a los que se sumaban las paradas para cambiar gomas, aunque ni Rosberg ni Ricciardo eran inquietados y marchaban cómodamente por delante. El germano sacó partido a su monoplaza y abrió definitivamente la brecha sobre el australiano para encarrilar su victoria.

Alonso, agresivo, intentó asaltar la tercera posición que ocupaba Nico Hulkenberg (Force India), sin éxito, algo que aprovechó Hamilton para superar a ambos. En la tercera plaza, el inglés ya tenía un premio importante, pero cualquier opción de que fuese mejor se le fue tras un grave error en su último paso por 'boxes' que fue más lento de lo estipulado.

Rosberg ganó sin problemas y apretó, menos de lo que deseaba, el Mundial, mientras que Ricciardo dio la alegría a su equipo tras el fallo de Verstappen, que se quedó fuera de los puntos. Alonso defendió su séptima plaza ante el acoso final de Valtteri Bottas (Williams) y demostró que su monoplaza, como él no para de repetir, va en la dirección correcta, aunque la noticia negativa la dio su compañero, Jenson Button, que salía noveno y también abandonó tras un toque con el alemán Pascal Wehrlein (Manor).

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