SEVILLA, 12 Feb. (EUROPA PRESS) -
La selección española derrotó hoy en el estadio Ramón Sánchez Pizjuán a la de Inglaterra (2-0), en partido amistoso conmemorativo del L aniversario de la construcción del coliseo sevillista, y con en el que la vigente campeona de Europa ratificó su hegemonía continental ante los inventores del fútbol sumando, de paso, su victoria consecutiva número 29.
El once inicial de Vicente del Bosque deparó la sorpresa del debut, en el eje de la zaga, del barcelonista Piqué, que vivía en este encuentro su primera convocatoria con el combinado nacional, mientras que Torres y Villa se encargaban de un ataque reforzado, con un esquema de 4-4-2. Enfrente, Fabio Capello, pese a las bajas de Gerrard y Rooney, alineó un equipo de garantías, en el que destacaba la delantera formada por los dos puntas del Aston Villa, Agbonlahor y Heskey que, a la postre, se mostraría totalmente inocua.
El comienzo del choque dibujó un planteamiento claro, con los ingleses contrarrestando, con su profundidad por bandas, la mayor circulación de balón de los españoles. De hecho, la primera jugada de peligro corrió a cargo de los británicos, en un tiro de Agbonlahor desde el punto de penalti, que salió rozando el palo. España tenía dificultades en progresar hacia la retaguardia rival aunque, pasado el primer cuarto de hora, comenzó a aproximarse a la portería de James e incluso se le anuló un gol, de forma correcta, a Villa por fuera de juego.
Pero el 'Guaje' no había hecho sino avisar. Porque en el minuto 35, cuando el partido había entrado en una dinámica mortecina, recibió un pase de Xabi Alonso, encontró pasillo por el eje de la zaga inglesa y, tras regatear a dos defensas, definió con la habilidad que le caracteriza, en su gol número 25 con la selección, y el sexto en otros tantos partidos consecutivos. Ahora sí, la fiesta era total en Nervión, e incluso Marcos Senna probaba, a renglón seguido, con un tiro bien dirigido sobre el marco adversario.
Sin embargo, Inglaterra insistía por bandas, aunque sus incursiones morían siempre en los pies de un defensa hispano. El peligro, en resumen, hablaba siempre español, y Villa acariciaba el segundo en otro disparo casi a bocajarro, que no encontró red por poco. No en vano, el centro del campo inglés, con la pareja Barry-Carrick contrastaba, por su tono gris, con el trío Xavi-Senna-Xabi Alonso, que no cesaba de generar juego, en una exhibición 'in crescendo'.
Tras el descanso, y aprovechando el carácter amistoso del partido, Capello hizo un carrusel de cinco cambios --dando entrada, entre otros, a Bechkham-- con el que, sin embargo, no varió el dibujo táctico. En España, Casillas dejaba su sitio a Pepe Reina y el polivalente Arbeloa ocupaba el lugar de Capdevilla, para fijar más el lateral zurdo, por donde los ingleses habían presionado en la primera mitad. Más tarde, Villa dejaría también, entre una gran ovación, su sitio a Silva, que pasaba a la izquierda, mientras Iniesta se situaba en la derecha.
Nada de ello mejoró la cara de la escuadra inglesa, ni deslució el comportamiento de los de Vicente del Bosque. La medular de España tocaba y tocaba, sin que nadie le quitara el esférico, a la espera de coger en un renuncio a los defensas ingleses que, ahora, tenían en Llorente, sustituto de Torres, un nuevo enemigo, que iba a dejarles huella. Visto lo visto, lo único que consiguió Inglaterra fueron, una 'rosca' de Wright Phillips, bien atajada por Reina; y un cabezazo orientado de Lampard, que el arquero del Liverpool detuvo asimismo.
En fin, para demostrar que sus recursos son de los más variado, España puso el 2-0 en el marcador como más le gusta a los ingleses: a balón parado y con juego aéreo, en un falta lanzada por Xavi y cabeceada de forma inapelable por Llorente, que estrena así su cuenta goleadora con la 'Furia Roja'. El epílogo a una noche de euforia --sólo rota por la lesión del propio Llorente en las postrimerías-- lo puso Marchena, en una acción providencial, con la que salvó bajo bajo palos el posible 2-1, cuando Carlton ya había superado a Reina.