Asegura que la seguridad privada del club no intervino decisivamente, "por lo que no puede ser sancionado" por la UEFA
MADRID, 15 Oct. (EUROPA PRESS) -
La delegada del Gobierno en Madrid, Soledad Mestre, entregó hoy al presidente del Atlético de Madrid, Enrique Cerezo, un exhaustivo informe para que le sirva de defensa ante la UEFA y que aclara "la correctísima intervención policial" de la Policía Nacional durante los sucesos violentos el partido del 1 de octubre contra el Olympique de Marsella, "en los que no tuvo intervención alguna decisiva la seguridad privada del club".
Mestre trasladó al equipo rojiblanco que de las diligencias policiales se desprende la "actuación correctísima" de la Policía tanto en el interior como en el exterior del estadio, "previniendo cualquier incidente antes, durante y tras el partido, con un importante despliegue policial", así como la respuesta policial en el interior de estadio, "que fue en todo momento, proporcionada, correcta y ajustada al violento comportamiento de los hinchas galos".
"Entendemos que en ningún caso puede ser sancionado el Atlético por una actuación policial que en todo momento fue correcta, sin que la intervención de la seguridad privada del club madrileño tuviera la más mínima decisión en la intervención de la Policía", agregó.
El informe policial destaca que el partido fue valorado de alto riesgo por la Comisión Nacional contra la Violencia en los espectáculos deportivos. En consecuencia, la Brigada Provincial de Seguridad ciudadana, conforme a la normativa vigente de la Ley del Deporte, estableció un dispositivo para garantizar su normal desarrollo antes, durante y después del acontecimiento futbolístico.
EL DESENCADENANTE FUE UNA PANCARTA PROHIBIDA
Mestre confesó que a las 20.35 horas la Policía detectó en el interior del estadio una pancarta colgada en el graderío en el que se ubicó a los hinchas radicales del Olympique, "considerada prohibida por la legislación española y por la UEFA, al alentar a la violencia y la xenofobia".
Entonces, al intentar retirarla, efectivos de seguridad del Atlético fueron agredidos violentamente por los ultras franceses. Ante esa situación y para auxiliar a los vigilantes, los agentes nacionales acudieron a este punto. "Se vieron obligados al uso de la fuerza necesaria para repeler la agresión de los aficionados franceses, que les recibieron con especial virulencia, lanzándoles botellas, arrancando sillas y otros objetos contundentes", señaló.
Una vez controlada la situación, los policías abandonaron la grada por el vomitorio más cercano, "momento en que una persona (Santos Mirasierra), que posteriormente fue detenida, incitó a un grupo de 60 ultras francesas a salir contra los agentes, retomando las acciones violentas, volviendo a arrojarles sillas y objetos contundentes", explicó la delegada.
Por estos hechos, uno de los agentes tuvo que ser atendido por la Cruz Roja, que le aplicó siete grapas de sutura, al tiempo que otros cuatro policías más resultaron heridos.
La Policía no detuvo entonces a Santos Mirasierra, nacido en Francia y titular de pasaporte español, por considerar que la reacción del colectivo podía ser peligrosa para la seguridad y provocar altercados, pero fue identificado y vigilado durante todo el encuentro. Después del partido, antes de entrar al autobús, la Policía le detuvo por atentado contra la autoridad y desórdenes públicos.
El arrestado fue trasladado a la comisaría y recibe la asistencia de un abogado de oficio. Además, según el informe policial, solicitó asistencia médica, por lo que una unidad del Samur le atendió en dependencias policiales, aunque fue trasladado después al hospital Gregorio Marañón para una exhaustiva valoración. Ante la falta de gravedad clínica, fue dirigido a calabozos de la Inspección central de guardia y actualmente se encuentra en la prisión de Soto del Real y su caso lo lleva el juzgado de instrucción número 33 de Madrid.
OPERATIVO PREVENTIVO
Por otro lado, la delegada detalló que, ante la presencia del Frente Atlético y seguidores ultras del Marsella, se tomaron la precauciones oportunas. Así, reveló que la Policía vigiló "constantemente" los hoteles donde se hospedaron ambos equipos y acompañó al Olympique desde al aeropuerto de Barajas al hotel.
Además, los agentes establecieron una entrada única reservada para los seguidores galos por la puerta 7 del estadio y su ubicación en en segundo anfiteatro, fondo norte. "De todos los aficionados del equipo francés, 200 fueron considerados de alto riesgo, que se desplazaron a España por medio de autobuses y de vuelos charter. La Brigada Provincial de Seguridad Ciudadana también estableció un dispositivo sobre los seguidores ultras del Frente Atlético, en previsión de altercados contra los seguidores del conjunto galo", precisó Mestre.
Igualmente, se diseñó una zona de retención y embolsamiento de los seguidores franceses previa a la entrada del estadio, con chequeo previo de mochilas, bolsos y otros objetos de mano que portaban, con el fin de localizar e intervenir bengalas y otros objetos que por su tamaño pudieran ser utilizados para realizar agresiones o lanzamientos al terreno de juego. Al mismo tiempo, se efectuaron los controles previos de las entradas.
El informe describe también que a primera hora de la mañana del 1 de octubre efectivos policiales vigilaron las inmediaciones del estadio y la zona de taquillas para evitar incidentes y controlar cualquier movimiento de seguidores. Como es habitual en este tipo de eventos, también prestaron especial atención a las zonas céntricas y turística de esta ciudad, "por donde podrían pasar los seguidores del Olympique de Marsella, realizando una actuación de carácter preventivo de la máxima potencia".
Por otra parte, indicativos de la sección de motos patrullaron un perímetro con radio de influencia próximo al estadio y calles adyacentes, con especial atención a los seguidores ultras del equipo visitante, incluso en las bocas de Metro aledañas. Para verificar la seguridad, la Brigada Móvil permaneció en el centro de cámaras del Alto del Arenal, visionando todos los alrededores del estadio para detectar presencia de potenciales aficionados violentos.
Respecto a las expediciones de ambos clubes de fútbol, Mestre indicó que ambos fueron trasladados por operativos de seguridad desde sus hoteles de concentración hasta el estadio. "Todos los seguidores del Marsella permanecieron en sus localidades una vez terminado en el encuentro hasta que tanto el interior como el exterior del estadio estuvo libre de espectadores, con el fin de poder evacuar individualmente a los pertenecientes al equipo galo", dijo.
Por todo ello, la delegada del Gobierno señaló que las medidas de prevención establecidas por la Jefatura Superior de Madrid fueron "exhaustivas", tanto con los seguidores ultras del Olympique de Marsella como con el Atlético. "Se cumplió minuciosamente lo dispuesto en materia de seguridad por la UEFA para eventos tipificados de alto riesgo", advirtió.
"La actuación policial fue escrupulosa, destacando, entre otras muchas actuaciones preventivas la atención permanente en las puertas del estadio por patrullas móviles, y en los fondos norte y sur, en los vestuarios, en el terreno de juego, así como la minuciosa elaboración y control de las acreditaciones", apostilló.
Finalmente, Mestre dejó claro que "en todo caso, la violencia en el deporte en la legislación española queda proscrita en los campos de fútbol". "Ambos clubes son absolutamente respetables, no así los incidentes violentos que provocan los ultras", sentenció.