MADRID 12 Ago. (EUROPA PRESS) -
El atleta jamaicano Usain Bolt culminó una aciaga despedida este sábado al no completar por culpa de una lesión su relevo del 4x100 en el Mundial en Londres, final que se adjudicó Gran Bretaña por delante de Francia y Japón, un inesperado desenlace que sumó al bronce en la final de los 100 metros hace siete días.
La más cruel de las despedidas se cebó con el mejor velocista de la historia. Bolt encaró la recta final con la necesidad de remontar al inglés Nethaneel Mitchell-Blake y al americano Christian Coleman, pero pocos metros después de iniciar su carrera el jamaicano dejó de correr sin poder apoyar su pierna izquierda, con una lesión muscular en su muslo, ni cruzar la meta.
Después de conquistar los últimos seis grandes campeonatos, Jamaica no partía como favorita, pero la última carrera de Bolt invitaba al respeto. Estados Unidos apuntaba al oro, con el campeón de los 100 en Londres Justin Gatlin y el prometedor Coleman, pero los ingleses triunfaron en casa y Japón se subió al podio con el trágico desenlace jamaicano.
Bolt cuelga las botas sin cruzar la meta en su última carrera. Las dudas, siempre con boca pequeña, sobre una despedida perfecta comenzaron a verse justificadas cuando en la final de los 100 sólo pudo ser tercero. Al jamaicano se le escapó su cuarto título mundial de la distancia, el que hubiera sido su duodécimo oro en un Mundial, y este sábado ni siquiera tuvo el consuelo del podio.
Llegó el día y la despedida fue cruel, pero su retirada quedará con el tiempo en anécdota, como su salida en falso en Daegu 2011 o la pérdida del oro de relevos en los Juegos de Pekín por el positivo de Nesta Carter. Quizá no estrujó lo suficiente su motivación después de anunciar el año pasado su retirada cuando firmó en Río un 'triple-triple' olímpico único y dorado en 100, 200 y 4x100.
Sin embargo, sus bailes, su sonrisa, su carisma y su zancada reinaran durante muchos años en el mundo del atletismo o quizá para siempre. Ese paso firme y largo de su 1.95 de altura que ha reinado y vencido de manera insultante a todo el que tuvo a su lado.